SOR MARIA LUISA
“La fuerza y el valor de una sonrisa”.
Era una mañana fría de marzo
Asido por el miedo a la muerte
Me levante del lecho sin calzo
Pues esta era mi negra suerte.
Mi ser en penumbra y sin sosiego
Buscaba salida para aquel trance
Mi espíritu caído en el pozo ciego
Con Fe viva di a la salida alcance.
A la madre de Dios de Pedrales
Me quise encomendar de corazón
Rezando el rosario con sus salves
Era toda mi esperanza en la oración.
Estaba en el ocaso amargo del día.
Viendo los rayos nacer al claro Orto
Cuando oí como una puerta se abría
Volví la cabeza porque estaba absorto.
Dos monjitas con hábito de clarisas
Salían a recoger las flores que había
En el suelo esparcidas por las brisas
De la mañana y que el aire las removía.
Con la sonrisa natural a flor de piel
Sor María Luisa, me dijo: ¿Que hacía?
Era una pregunta con dulzura y miel
Sacándome de la postración que yacía.
Del poeta de Belmonte
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