DURANGO: Alternaba Durango con Tolosa para la reunión de las...

Alternaba Durango con Tolosa para la reunión de las juntas de prov. Fué en algún tiempo cab. de condado, al parecer separado del sen. de Vizcaya. Su conde D. Sancho Estiquez Ortuñez murió en la batalla que dieron los vizcaínos, mandados por D. Lope Zuria, á Ordoño hijo de Alonso el Magno. Este Zuria casó con una hija del conde Sancho. Aun en el año 1051 García, rey de Navarra, bajo cuya protección estaban este condado y el sen. de Vizcaya, hace distintamente mención de ambos. El conde de Durango, Munio Sánchez y su mujer, la condesa Legundia, hicieron donación de varios campos, montes y fuentes al monast. llamado Monasteriobarria, en 1053, cuya donación fué confirmada por el mismo rey D. García. D. Sancho VII de Navarra dio fueros particulares a Durango, en 1150; otros los atribuyen al hijo de este monarca, llamado también D. Sancho. D. Alonso rey de Castilla y Toledo confirmó estos fueros, que se hallan con otros de la misma merind. en Fray Martin de Coscojales (tom. VI de sus recopilaciones). E n 1179 u 80 se celebró en esta v. un sínodo diocesano. El infante D. Juan confirmó todos los privilegios de Durango en 20 de enero de 1373. En Durango se levantó cierta herejía, llamada dé los Fratricellos, año 1448: muchos de los que se juzgaron por la inquisición comprendidos en ella, fueron puestos a cuestión de tormento, y los más quemados vivos: su gefe el franciscano Fray Alonso Mela evitó el castigo huyendo a Granada. En 19 de setiembre de 1483 la reina católica Doña Isabel juró personalmente en esta v. la observancia de sus fueros y privilegios. En 1554 abrasó un incendió la mayor parte de la pobl., y aun después sufrió otras veces igual calamidad por ser entonces de madera casi todas sus casas. En julio de 1795 fué ocupada por las tropas francesas, que no tardaron en abandonarla. En todas las guerras ha sido considerada como el punto de apoyo de las operaciones militares de la prov., por su ventajosa sit.; aquellos en la guerra de la independencia no la abandonaron hasta después de la batalla de Vitoria, habiéndola fortificado y puesto en bastante respeto; en la última guerra civil también han deseado conservarla los diferentes partidos beligerantes que la ocupaban, por cuya razón sus moradores han padecido extraordinariamente.
Hace por armas 2 torres, rio, puente y 2 lobos en medio, con la inscripción de Durango noble y leal a la corona real. Entre sus naturales se han distinguido Perucho Munzar, gran privado de Enrique IV: el venerable Fray Juan de Zumárraga, primer ob. y arz. de Méjico: D. Juan de Cortaraz, arz. de Sta. Fe de Bogotá: D. Bruno Mauricio Zabala, teniente general en tiempo de Felipe V; y D. Nazario Eguia, que tan célebre se hizo en las filas de D. Carlos.
* Diccionario geográfico – estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1848.