BARAKALDO: Y SE MARCHÒ A BARACALDO...

Y SE MARCHÒ A BARACALDO
Eran tiempos de inmigrantes con muchas grises ausencias,
momentos muy denigrantes donde faltaron clemencias.
En vagones de tercera con silencios comprendidos,
no usaron la carretera al ver sus sueños perdidos,
Aquel hombre sin lamentos buscó lugar elegido,
arrastrando sufrimientos al sentirse incomprendido.
Trabajando sin descanso para remediar su signo,
a veces notó su paso que cambiaba de camino.
De La Castilla Profunda a vivir en Baracaldo,
con una fuerza rotunda queriendo ganar buen saldo.
Huyendo de la desgracia que la vida le va dando,
su vida parece lacia y ve la muerte rondando.
Hospitales de lamentos, enfermedades mortales,
la vida da sufrimientos de mil formas naturales.
Notando que se moría sin solucionar sus planes,
el corazón que sufría maldecía los desmanes.
Sin amparo ni consuelo su mente se despedía,
no pudo hacer ese vuelo que le brindase alegría.
Baracaldo de testigo en los momentos cruciales,
el vivir no es un castigo si las causas son normales.
Un silencio de leyendas corren por muchas ciudades,
donde perdieron las riendas muchas personas formales.
Buscando nuevos destinos para aliviar muchos males,
inmigrantes de caminos que resultaron fatales.
Cuando se borran lecciones, si quieres seguir andando,
todo tiene sus razones y más si vas enfermando.
La soledad te acompaña sin pisar en barracones,
eran tiempos en España de buscarte soluciones.
Las palabras van volando por los Campos de Castilla,
algunas pasan llorando sin ser pura maravilla.
Cuando te faltan palabras en las horas más precisas,
de nada valen tus arras si se te acaban las prisas.
Baracaldo de bandera para alegrarte la vida
soñando con primavera puede ser ruta elegida.
Soñando con libertades en su conciencia vivía,
las duras fatalidades fue lo que no comprendía.
G X Cantalapiedra.