En efecto, la fiesta de Espejo se celebraba el 6 de agosto, dedicada a San Salvador y venía a coincidir con las faenas de la trilla cuando, se retrasaba la cosecha. Estas tareas eran inaplazables y la coincidencia con la fiesta era un incordio. Por eso, años después de la guerra se retrasó la celebración festiva. Lo cual, ahora no tiene sentido. En la anteguerra el pueblo tenía 16 labradores. Hoy no queda ni uno. Las tierras las lleva en arriendo en su mayoría un único labrador junto con las de otros ... (ver texto completo)