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Estela núm. 5
A diferencia de sus compañeras, este ejemplar procede no de la Iglesia de Santa María, sino de un Corral de Andiaga, el corral de Garate. Está empotrado en una escalera del Mesón las Torres y sólo puede apreciarse una cara de la estela. Está mutilada del pie desde un poco más arriba del cuello, pero interesa su estudio porque la decoración se ha salvado. Es de arenisca de grano fino, en color marrón.
Su cara representa el montaje de dos triángulos equiláteros, cuyos vértices se han unido por líneas bisectrices que forman una malla complicada de barras rectas y bajorrelieves en forma geométrica de trapecios, incluyendo en su interior un exágono. El resultado es muy vistoso, pues de la superposición resulta una estrella de seis puntas, módulo éste que se repite sin cesar, y además porque los vértices que rodean la región central se oponen con sus puntas al punto cero, de modo análogo a como se oponen a la periferia circular del disco las puntas de la estrella. Es decir, lo que buscó el cantero al posar su compás en el punto cero y tomar las medidas para el desarrollo de su proyecto, fue la irradiación más completa, seguramente con un deseo simbólico, de homenaje al sol y al Creador. El efecto lumínico quedó muy conseguido tras puntear el fondo y dejarlo rugoso, abiselando bien el límite entre el ribete de la periferia (de 2,8 cm. de anchura) y el bajorrelieve de la cara, que llega a los 0,5 cm. de profundidad.
Puede decirse que el artesano sobrevaloró el detalle (entregándose más a puntear que a trazar líneas) por encima del conjunto (ya que el disco es deforme, no da con la proporción justa en el cuello, y las líneas rectas son desiguales), importándole mucho más los efectos lumínicos.
Las medidas de esta pieza incompleta son:
 Diámetro del disco: 38 cm. en sentido vertical, y 44 cm. a lo ancho.
 Anchura del cuello: unos 20 cm. haciendo mención de que la transición al pie no es clara.

Su cara representa el montaje de dos triángulos equiláteros, cuyos vértices se han unido por líneas bisectrices que forman una malla complicada de barras rectas y bajorrelieves en forma geométrica de trapecios, incluyendo en su interior un exágono. El resultado es muy vistoso, pues de la superposición resulta una estrella de seis puntas, módulo éste que se repite sin cesar, y además porque los vértices que rodean la región central se oponen con sus puntas al punto cero, de modo análogo a como se oponen a la periferia circular del disco las puntas de la estrella. Es decir, lo que buscó el cantero al posar su compás en el punto cero y tomar las medidas para el desarrollo de su proyecto, fue la irradiación más completa, seguramente con un deseo simbólico, de homenaje al sol y al Creador. El efecto lumínico quedó muy conseguido tras puntear el fondo y dejarlo rugoso, abiselando bien el límite entre fotoestela5 webel ribete de la periferia (de 2,8 cm. de anchura) y el bajorrelieve de la cara, que llega a los 0,5 cm. de profundidad.

Puede decirse que el artesano sobrevaloró el detalle (entregándose más a puntear que a trazar líneas) por encima del conjunto (ya que el disco es deforme, no da con la proporción justa en el cuello, y las líneas rectas son desiguales), importándole mucho más los efectos lumínicos.

Las medidas de esta pieza incompleta son:

Diámetro del disco: 38 cm. en sentido vertical, y 44 cm. a lo ancho.
Anchura del cuello: unos 20 cm. haciendo mención de que la transición al pie no es clara.