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28 NAVARRA PAMPLONA Y LA CUENCA Diario de Navarra Sábado, 11 de abril de 2015

La suya es una vida al hilo de las agujas. Se recuerda ya de niña, en Ujué, cosiendo los vestidos a las muñecas. De ahí al patchwork pasaron unas décadas, casi cuatro. Pero ya no lo dejó. Acaba de regresar de Sitges, con el primer premio de un certamen internacional. Suma ya cuatro y los compagina con el voluntariado.

PILAR FDEZ. LARREA
Pamplona

CON 5.602 piezas de telas de colores ha hilvanado Eva Berrade Ibáñez el sueño de una ‘quilter’, el primer premio que hace unas semanas trajo del Festival de Patchwork de Sitges, un certamen internacional donde debía crear su composición a partir del tema sugerido, los sueños.
Había empezado el trabajo hace seis años. Pero lo dejó macerar y lo retomó cuatro después, tal vez empujada por algún instinto. Un sueño quizás.
El ‘quilt’, la colcha de cama de Eva Berrade es tela, algodón cien por cien; son colores, pero también cifras: 5.602 piezas que suman 169 composiciones, todas con distinto tono y diseño, más 104 en los laterales; 1,30 por 1,50 metros. De un primer vistazo dominan de fondo los ocres, pero resulta que también ella luce matices tierras: en el pelo, en el maquillaje, sutil; en su ropa, discreta. Parece tranquila, camino de los 68 años esta mujer nacida en Ujué, en una familia de tres hermanas, y en un tiempo donde aprender a coser era un escalón más en la formación femenina. Y a ella, además, le gustaba. De bien niña cosía los vestidos a sus muñecas. Con 8 años ingresó interna en Pamplona, para estudiar. Pero cuánto recuerda su pueblo y cuánto les enseñó a trabajar su madre. Con esta perspectiva inició Eva la vida adulta. Se empleó en una tienda. Se casó en 1973 con Juan Ignacio Larraya y es, desde entonces, vecina de San Juan.
Durante doce años fue voluntaria en Cáritas, en tiempos de Florentino Ezcurra y Mª Dolores Lecumberri. También en la Tómbola. Pero no dejó de lado la costura, ni entonces. “Ayudábamos a mujeres que se prostituían en la Plaza del Castillo, tratábamos de orientarles en otra dirección”, cuenta. Y lo hacían a través de la costura. Curiosamente, fue allí donde Eva conoció el patchwork. Lo vio en un muestrario de tapicería que les llevaron. De eso hace más de 20 años y esta técnica es ahora elemento común en el engranaje de su trayectoria vital. Es una avezada ‘quilter’.
Ya antes habían comenzado los cursos de costura en la Agrupación Deportiva San Juan, donde ha sido alumna y monitora, voluntaria. Llegaron a sumar más de cien mujeres. Se agregó después el patchwork, y ahora conviven ambos.
Eva Berrade ha decidido tomar un respiro. Ya no es monitora, pero sigue hilvanando mil puntadas. Una de ellas es el blog puntadas agrupadas, donde enseña, aprende y navega en el mundo de las agujas, pequeñas sólo de tamaño. Suma más de mil seguidores. Entretanto, tiene cerca de 20 obras macerando. La explicación es sencilla. “Si veo algo que me gusta lo tengo que hacer, pero ya”, razona.
Hace siete años fundó con otras tres personas la Asociación de Patchwork de Navarra. Se reúnen los lunes en el civivox de San Jorge. “Compartimos ideas y patrones, a la vez que cosemos”, describe.
Al preguntarle cuánto tiempo dedica a las agujas, lo tiene claro: “Madrugo una, o sea que 24”.
Aún le queda tiempo para seguir en el voluntariado. Ahora en Bizilaguna, asociación que nació en Buztintxuri y en la que se ha integrado en talleres de costura, en la tienda solidaria...
Junto a sus compañeras de la Agrupación Deportiva San Juan prepara la exposición que abrirán del 22 al 27 de junio con los trabajos confeccionados en los cursos. Buena parte descansan en la sala que utilizan en el club, donde no faltan los premios. Sólo Eva suma tres individuales y uno colectivo en Sitges, donde sólo este año concurrieron 92 artistas.
¿Cómo poner precio a un trabajo de años, de paciencia infinita? “Yo no puedo ponerlo, no sé, no tiene precio”, dice a bote pronto. Y recuerda que una vez cambio uno por una máquina de coser.
Y Ujué. Mantiene estrechos vínculos con su pueblo. Colabora en la Cabalgata de Reyes, expone sus trabajos en el Día de las Migas, y los niños de la escuela tienen en fin de curso un detalle hecho por ella. Recuerdo tal vez de aquellas muñecas.