UJUE: DIARIO DE NAVARRA DOMINGO 16 DE MAYO DE 1976....

DIARIO DE NAVARRA DOMINGO 16 DE MAYO DE 1976.

FIESTA EN HONOR DEL SANTO CRIST0 DEL AMPARO

Arbar ha celebrado estos días, las tradicionales fiestas en honor del Santo Cristo del Amparo que se venera en la iglesia parroquial de San Pedro.
Según es creencia generalizada, la imagen de Cris: to fuE traída a Albar por
los caballeros de la villa que acompañaron al rey Teobaldo II en la conquista de Jerusalén en tiempo DE de las cruzadas. Desde entonces, el domingo siguiente a la Cruz de Mayo, se le rinde culto. También en caso de calamidades públicas, plagas, sequias, salía la imagen del tempio para bendecir a los hombres y a las tierras.

Hasta el Cristo del Amparo llegaban peregrinos de toda la val para rezar emocionados y suplicar su perdón. Según cuenta Jimeno Jurio, hasta hace poco aún
perduraba la marcha del apostolado de Ujué al Cristo de Albar. “Los doce entunicados, portando cada uno una cruz y un farol de vela, salían a las doce
de la noche desde la igleata parroquial, caminando en fila india y en silencio
bajo las estrellas, rezando rosario tras rosario entre chaparros y fincas de labor. Antes de que despertaran los aibareses, los doce hablan oído misa, comulgado, tomado un frugal desayuno de pan y aguardiente y y emprendido el regreso hacia su pueblo y siempre a pie.”
Hoy, el Santo Cristo, como todas las manifestaciones religiosas ha cambiado de signo y haa perdido parte cte su aspecto religioso, si exceptuamos el canto de la aurora, la misa solemne y la devoción íntima de cada aibarés y se ha convetido en una fiesta alegre y mundana.
A las procesiones y víacrucis han sucedido las carrozas para los chavales, los conciertos y bailes, todo ello organizado por un grupo de entusiastas.

J. SAGÜÉS

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RECUERDOS DEL AYER.

Antiguamente los doce de Ujué caminaban hasta el Cristo de Aibar, hasta que esta costumbre desapareció en las década de los 60, al mo haber relevo generacional y debido a la pérdida de los ritos y peregrinaciones tradicionales uxuetarras.
Todavía recuerdo con que alegría íbamos a recibir al Apostolado a la entrada al pueblo, en la iglesia de San Miguel, junto a la cabrería. Don Fermín y don Angel suspendían sus clases para que la chiquillería saliese a recibir a los doce del Cristo de Aibar. Estos nos agasajaban con tajadas de pan cabezón que previamente había sido bendecido en Aibar en la misa de madrugada, cortaban las hogazas y las distribuían entre los muetes. Para nosotros un placer, un manjar comer pan de Ujué y si estaba bendito mejor que mejor y además sin clase, ¡fabuloso!.