FURTIVISMO
La caza ilegal es una actividad siempre presente, en mayor o menor grado, en todos los lugares en donde existan especies cinegéticas. En Navarra, como en el resto de las comunidades es una actividad que decrece en la medida que aumenta el nivel cultural de la población.
La actuación de los furtivos se extiende a la práctica totalidad de las especies cinegéticas y a algunas de las protegidas. En la montaña, si bien ya no es frecuente, todavía se colocan algunos cepos para la captura de carnívoros, tales como garduñas o gatos monteses. En la zona norte se caza el corzo, animal protegido por la Orden Foral de Vedas, y el ciervo en los montes en los que está presente. Generalmente su caza se lleva a cabo con ayuda de armas de fuego. El jabalí es una pieza muy abundante y aunque no es habitual se cogen algunos con lazos de sirga de acero dispuestos en sus pasos habituales. En la zona sur el mayor daño para las poblaciones cinegéticas se hace, sin duda, desde vehículos, merced a los cuales es posible acercarse a los animales sin que recelen; de esta forma se matan perdices o, durante la noche, liebres y conejos. Otra actividad furtiva por excelencia es la captura de conejos mediante redes y hurones, procedimiento eficaz y silencioso. La aprehensión de pajarillos con cepo va siendo relegada paulatinamente, aunque todavía se da con frecuencia en la Navarra Media y Ribera.
La caza ilegal es una actividad siempre presente, en mayor o menor grado, en todos los lugares en donde existan especies cinegéticas. En Navarra, como en el resto de las comunidades es una actividad que decrece en la medida que aumenta el nivel cultural de la población.
La actuación de los furtivos se extiende a la práctica totalidad de las especies cinegéticas y a algunas de las protegidas. En la montaña, si bien ya no es frecuente, todavía se colocan algunos cepos para la captura de carnívoros, tales como garduñas o gatos monteses. En la zona norte se caza el corzo, animal protegido por la Orden Foral de Vedas, y el ciervo en los montes en los que está presente. Generalmente su caza se lleva a cabo con ayuda de armas de fuego. El jabalí es una pieza muy abundante y aunque no es habitual se cogen algunos con lazos de sirga de acero dispuestos en sus pasos habituales. En la zona sur el mayor daño para las poblaciones cinegéticas se hace, sin duda, desde vehículos, merced a los cuales es posible acercarse a los animales sin que recelen; de esta forma se matan perdices o, durante la noche, liebres y conejos. Otra actividad furtiva por excelencia es la captura de conejos mediante redes y hurones, procedimiento eficaz y silencioso. La aprehensión de pajarillos con cepo va siendo relegada paulatinamente, aunque todavía se da con frecuencia en la Navarra Media y Ribera.
