ACARREO
El verbo "acarrear" designa la acción de transportar en carro cualquier cosa. En la Ribera evocó singularmente la conducción de la mies desde los campos a las eras. El transporte se hizo antiguamente sobre baste (seis fajos hacían una carga). En algunas zonas de la Montaña solían utilizar un carro más largo que los normales (bal-gurdi), mientras en la Navarra Media y la Ribera terminaron imponiéndose el carro y la galera, cuya capacidad aumentaban por la incorporación de "bolsas" inferiores y "pugones" laterales.
La colocación de los haces en carros y galeras exigía cierta experiencia para aprovechar el espacio al máximo. La carga era sujetada con sogas, tensadas por medio de poleas de madera (garrochas) o con amplias redes de cuerda de esparto. Para el acarreo colocaban a los bueyes collares de campanillas y cascabeles (Tierra Estella).
La mies era conducida primero a las casas, para preservarla de las lluvias, y de aquí a las eras (Barranca), o directamente a las eras. Los acarreadores dormían poco. Iniciaban la jornada mucho antes de amanecer, debido a las distancias de los campos y a la urgencia del trabajo. Era una labor penosa y ardua.
El verbo "acarrear" designa la acción de transportar en carro cualquier cosa. En la Ribera evocó singularmente la conducción de la mies desde los campos a las eras. El transporte se hizo antiguamente sobre baste (seis fajos hacían una carga). En algunas zonas de la Montaña solían utilizar un carro más largo que los normales (bal-gurdi), mientras en la Navarra Media y la Ribera terminaron imponiéndose el carro y la galera, cuya capacidad aumentaban por la incorporación de "bolsas" inferiores y "pugones" laterales.
La colocación de los haces en carros y galeras exigía cierta experiencia para aprovechar el espacio al máximo. La carga era sujetada con sogas, tensadas por medio de poleas de madera (garrochas) o con amplias redes de cuerda de esparto. Para el acarreo colocaban a los bueyes collares de campanillas y cascabeles (Tierra Estella).
La mies era conducida primero a las casas, para preservarla de las lluvias, y de aquí a las eras (Barranca), o directamente a las eras. Los acarreadores dormían poco. Iniciaban la jornada mucho antes de amanecer, debido a las distancias de los campos y a la urgencia del trabajo. Era una labor penosa y ardua.