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UJUE: Poema de ROMEDOBAL...

Poema de ROMEDOBAL
5- 9-1926

¡Vaya por Ujué!

Por razones que conocen
cuantos leen mis endechas,
ya saben que a Ujué mi alma
un gran cariño profesa.
Primero canté a su Virgen,
la Virgen de la Ribera,
la Virgen de mis amores,
tan hermosa y tan morena.
Luego canté a sus vecinos
y a la honradez que reflejan
con su vida de trabajo
y de cristianos de veras.
Canté después a sus mozos,
muchachos de nobles prendas,
navarros de recio temple
y amigos de buenas juergas.
Y al par canté de las mozas
sus naturales bellezas,
sin afeites ni postizos,
cual rosas lindas y frescas.
Y canté de las mujeres
su tesón y su franqueza,
sus virtudes y su afecto
a su Patrona y su Reina.
También canté la alegría
tan clásica de ‘sus fiestas,
con sus costumbres sencillas,
con sus diversiones buenas.
Y canté a sus romerías
que los pechos de fe llenan...
romerías de cruceros
que recorren muchas leguas...
También canté a los auroros,
que con sus voces soberbias
entonan muy buenas coplas
antes que el sol amanezca...
Y canté, por fin, del pueblo
su bondad tan manifiesta,
sus anhelos de progreso,
su afán de cultura y ciencia.
Y hoy canto porque este año
salgan muy bien las mecetas
y haya jolgorio de sobra
con paz... ¡y muchas pesetas!

Mas si canté a tantas cosas
en mis rimas volanderas,
¿por qué no elogiar un poco
los productos de esta tierra?
Pues sí: Sucedió que viendo
la Exposición estupenda
que en Pamplona lugar tuvo
con tan admirables muestras,
al comienzo de una sala.
en una esquina modesta,
en un puesto muy pequeño
me encontré con la sorpresa
de un cartel que así decía:
«Las legítimas almendras
de Ujué»—la cuna bendita
donde nació mi pariente.—
Ví a mi esposa de reojo
que se ponía más hueca..
que un globo recién inflado,
de orgullosa y satisfecha.
Yo me hice el disimulado
como diciendo en voz queda:
«No creo que valgan mucho,
¡Serán piedricas bien hechas!
Mas mi mujer, comprendiendo
mi tan prudente indirecta,
me interrogó: —Mira, chico,
tú que tanto y tanto aprecias
‘las de Alcalá, aquí tienes
otras que son... ¡de primera!
—Bien. ¡Que te crees tú eso!
— ¿Si lo creo? ¡Ahí van pruebas!
Y haciendo uso mi esposa
de su amistad con la dueña,
doña Estefanía Arangua,
para que ustedes lo sepan,
me dio un puñado, más otro,
y otro más, y hasta cuarenta,
quedando un tarro de aquellos
limpio como una patena.
Y ya no quise decirle
si eran de mi complacencia,
pues ví además que el Jurado,
las premió, por su excelencia,
con una medalla de oro
en muy justa recompensa;
y ahora me entero que son
e Ujué dichas almendras
como aquí las coronillas
y mantecadas de Viena,
algo clásico que compran
todos cuantos allí llegan.

Pa que mi media naranja
se me pusiese contenta,
discurrí al vuelo esta copla
y se la dije a la oreja:
«Para toreros Sevilla,
para jardines Valencia,
para chorizos Pamplona
y Ujué para las almendras.»

BALDOMERO BARÓN RADA
«Romedobal».

PUBLICADA EN EL DIARIO DE NAVARRA, DOMINGO 5 DE SEPTIEMBRE DE 1926.