Forma correcta de parar el cepo, había que hacerlo con cuidado, el problema era que se disparara en el intento, podía cazarte los dedos y con esos dientes tan afilados, seguro que te los amputaba. En cierta ocasión un amiguete mío de mañana y sin ser observado por los cazas de guarda, comprobó como en su cepo, había solo una pata de jabalí, que tras forcejear logró escaparse con una pata mutilada. Los viejos del lugar saben mucho de estas historietas de cazas furtivas, hechas con nocturnidad y alevosía, despintando a los vigilantes de Caza. Eran otros tiempos donde no había grandes ingresos económicos y había que buscar solución a aquella hambruna que afecto a la población uxuetarra, sobre todo en la postguerra.
