Desidia en Ujué. Contestación a la carta anterior. Diario de Noticias 15 de Mayo de 2005.
He leído con detenimiento el escrito de Javier Caro Aparicio (11 mayo) contando su visita a Ujué. Y estoy de acuerdo en lo que cuenta.
En las entradas al pueblo hay innumerables montones de arena, ladrillos, bidones para agua y diverso material, tanto para obrar como de desecho.
¿Y eso porque?
Aparte de las obras de restauración de la iglesia-fortaleza, lentísimas por cierto, hay muchas otras obras en el pueblo.
Sólo en la calle San Isidro, la que generalmente toma el visitante para ir a la iglesia, hay tres casas en obras. Por fortuna para ellos, los materiales los pueden tener a pie de obra.
Ujué es un pueblo, como bien relata Javier, medieval. Calles estrechas y empinadas que no permiten el paso de cualquier vehículo, por lo que si un vecino tiene que obrar, tiene que dejar los materiales en las afueras del pueblo y llevarlos hasta la obra en motocarros de esos llamados dumper que puedan moverse en esas estrechuras de calles. Ahí el porqué de tanto montón de piedras, arena y material de obras en las afueras del pueblo
Ojalá que todas las casas del pueblo estuviesen ya consolidadas y arregladas. Pero eso no es así. Y mientras haya que arreglar las muchas viviendas que lo necesitan, es inevitable ver en los alrededores del pueblo tales montones de material de construcción.
En lo que sí estoy de acuerdo con el señor Javier es en lo feo y desagradable de las basuras y objetos que hay tirados en el terraplén que él dice.
Es una labor concienciadora la que debemos llevar para que eso no ocurra, y es la administración municipal la que tiene que velar por la limpieza y el cumplimiento de las normas para que todo esté correctamente decoroso.
Me halaga, como ujuetarra, que la visita al pueblo y a la iglesia-castillo haya sido de su agrado y que le haya gustado.
Tengo que decirle que más le hubiera gustado si hubiera alguien que le hudiera podido explicar en visita guiada cada rincón de nuestra iglesia y de nuestra Villa.
Y que le pudiesen haber llevado al coro y torreones, y que le hubiesen podido mostrar el corazón de Carlos II y los incunables de la biblioteca parroquial.
Por desgracia no hay ese servicio. Y a mí, y a todo amigo de Ujué, nos apena grandemente ver deambular a tanto visitante sin que nadie les dé explicaciones del porqué, cómo y cuándo de la historia y el arte de nuestro milenario pueblo. Se van como han venido, sin saberlo. ¿Cuándo conseguiremos que eso no sea así?
Mikel Burgui
Presidente de la asociación amigos de Ujué UXUEZALEAK.
He leído con detenimiento el escrito de Javier Caro Aparicio (11 mayo) contando su visita a Ujué. Y estoy de acuerdo en lo que cuenta.
En las entradas al pueblo hay innumerables montones de arena, ladrillos, bidones para agua y diverso material, tanto para obrar como de desecho.
¿Y eso porque?
Aparte de las obras de restauración de la iglesia-fortaleza, lentísimas por cierto, hay muchas otras obras en el pueblo.
Sólo en la calle San Isidro, la que generalmente toma el visitante para ir a la iglesia, hay tres casas en obras. Por fortuna para ellos, los materiales los pueden tener a pie de obra.
Ujué es un pueblo, como bien relata Javier, medieval. Calles estrechas y empinadas que no permiten el paso de cualquier vehículo, por lo que si un vecino tiene que obrar, tiene que dejar los materiales en las afueras del pueblo y llevarlos hasta la obra en motocarros de esos llamados dumper que puedan moverse en esas estrechuras de calles. Ahí el porqué de tanto montón de piedras, arena y material de obras en las afueras del pueblo
Ojalá que todas las casas del pueblo estuviesen ya consolidadas y arregladas. Pero eso no es así. Y mientras haya que arreglar las muchas viviendas que lo necesitan, es inevitable ver en los alrededores del pueblo tales montones de material de construcción.
En lo que sí estoy de acuerdo con el señor Javier es en lo feo y desagradable de las basuras y objetos que hay tirados en el terraplén que él dice.
Es una labor concienciadora la que debemos llevar para que eso no ocurra, y es la administración municipal la que tiene que velar por la limpieza y el cumplimiento de las normas para que todo esté correctamente decoroso.
Me halaga, como ujuetarra, que la visita al pueblo y a la iglesia-castillo haya sido de su agrado y que le haya gustado.
Tengo que decirle que más le hubiera gustado si hubiera alguien que le hudiera podido explicar en visita guiada cada rincón de nuestra iglesia y de nuestra Villa.
Y que le pudiesen haber llevado al coro y torreones, y que le hubiesen podido mostrar el corazón de Carlos II y los incunables de la biblioteca parroquial.
Por desgracia no hay ese servicio. Y a mí, y a todo amigo de Ujué, nos apena grandemente ver deambular a tanto visitante sin que nadie les dé explicaciones del porqué, cómo y cuándo de la historia y el arte de nuestro milenario pueblo. Se van como han venido, sin saberlo. ¿Cuándo conseguiremos que eso no sea así?
Mikel Burgui
Presidente de la asociación amigos de Ujué UXUEZALEAK.
