UJUE. El ocre es el color de Ujué, un pintoresco pueblo medieval en el que destaca la iglesia de Santa María. El pueblo es como una torre hecha en la playa y en cada estribación, según vamos subiendo, hay casas que van rodeando en círculo el camino tortuoso que llega a la cima. Pero al pie de la torre no hay mar, ni campos verdes o ríos cantarines. Ujué es ocre, impresionante, un pueblo nacido de la tierra y construido con manos de sacrificio. A finales de la Edad Media la localidad estuvo a punto de despoblarse totalmente. Pero los reyes no querían que el pueblo despareciera, y, mientras los agricultores, dueños de un terreno pobre, pedían a sus señores que disminuyeran los impuestos, la población se fue manteniendo austera y apretándose unos con otros, como sus casas, para seguir conservando la iglesia de Santa María de Ujué. Que quiso quedarse en este pueblo.