A propósito de la romería a la Virgen de Ujué
Se puede comprobar con agrado que la romería no va a menos, yo diría que por el contrario, va a más, por la cantidad de gente joven que se ve.
También se nota cada año que se mejora o por lo menos se intenta, que la circulación de vehículos sea más fluida y con menos peligro para los propios romeros.
Todo esto está muy bien, pero me da la impresión de que cuando la romería ha entrado en Ujué, la misión de las autoridades se da por terminada, y que cada romero se busque la madre gallega (me refiero al lugar para comer o descansar). Nadie se preocupa, por ejemplo, de hacerle al romero un poco más agradable ese rato de la comida. Digo esto, y creo que con razón, porque cada año hay más puertas cerradas.
Antes, en las escuelas, cuando el Ayuntamiento de Tafalla comía en ellas, teníamos un hueco en el pasillo donde poníamos una mesa y 40 ó 50 personas nos las apañábamos para comer. Cuando el Ayuntamiento dejó las escuelas para ir a comer al Mesón, pudimos usar el pasillo dos años más, creo recordar, pero el año pasado lo cerraron y nos bajamos a comer al cubierto del patio, que no es lo mismo ni mucho menos, pero algo es algo.
La sorpresa de este año ha sido extraordinaria al comprobar que todas, todas las puertas estaban cerradas.
Con un poco de colaboración entre los ayuntamientos de Ujué y Tafalla, se podían poner unas mesas y bancos en las escuelas, arriba y abajo, incluso habilitar el frontón cubierto si fuera necesario, y toda la gente que nos quedamos al aire libre, haga frío o calor, llueva o nieve, nos veríamos agradecidos.
Entonces, el pensamiento general cambiaría, ya que lo que se oye generalmente es: "Ellos ya comerán bien, ya" o "bastante les importa cómo estamos los demás".
Creo que la romería no irá a menos, como decía al principio, y menos por estas pequeñeces, pero como se suele decir, a nadie le amarga un dulce, y si a la dulce romería le añadimos un poco de confort, pues mejor que mejor.
Un saludo y hasta el año que viene.
ANGEL ESPARZA HUALDE
UN ROMERO.
Se puede comprobar con agrado que la romería no va a menos, yo diría que por el contrario, va a más, por la cantidad de gente joven que se ve.
También se nota cada año que se mejora o por lo menos se intenta, que la circulación de vehículos sea más fluida y con menos peligro para los propios romeros.
Todo esto está muy bien, pero me da la impresión de que cuando la romería ha entrado en Ujué, la misión de las autoridades se da por terminada, y que cada romero se busque la madre gallega (me refiero al lugar para comer o descansar). Nadie se preocupa, por ejemplo, de hacerle al romero un poco más agradable ese rato de la comida. Digo esto, y creo que con razón, porque cada año hay más puertas cerradas.
Antes, en las escuelas, cuando el Ayuntamiento de Tafalla comía en ellas, teníamos un hueco en el pasillo donde poníamos una mesa y 40 ó 50 personas nos las apañábamos para comer. Cuando el Ayuntamiento dejó las escuelas para ir a comer al Mesón, pudimos usar el pasillo dos años más, creo recordar, pero el año pasado lo cerraron y nos bajamos a comer al cubierto del patio, que no es lo mismo ni mucho menos, pero algo es algo.
La sorpresa de este año ha sido extraordinaria al comprobar que todas, todas las puertas estaban cerradas.
Con un poco de colaboración entre los ayuntamientos de Ujué y Tafalla, se podían poner unas mesas y bancos en las escuelas, arriba y abajo, incluso habilitar el frontón cubierto si fuera necesario, y toda la gente que nos quedamos al aire libre, haga frío o calor, llueva o nieve, nos veríamos agradecidos.
Entonces, el pensamiento general cambiaría, ya que lo que se oye generalmente es: "Ellos ya comerán bien, ya" o "bastante les importa cómo estamos los demás".
Creo que la romería no irá a menos, como decía al principio, y menos por estas pequeñeces, pero como se suele decir, a nadie le amarga un dulce, y si a la dulce romería le añadimos un poco de confort, pues mejor que mejor.
Un saludo y hasta el año que viene.
ANGEL ESPARZA HUALDE
UN ROMERO.
