Ingenioso mecanismo para
cazar pajaricos. Bajo una loseta, sostenida por unos palos se colocaban granos de trigo, cebada u otro cereal. Al tratar de
comer el ave los granos, desplazaba los palitroques y quedaba atrapada por la trampa.
Este artilugio se usaba cuando las circunstancias apretaban las tripas, agudizando el ingenio para llevarse algo a la boca y palear el hambre. Hoy casi no se usa.