En 1359, bajo el reinado de Carlos el Noble se acordó, con la intención de defender mejor la frontera con Castilla, la despoblación y abandono de los 13 lugares próximos a Uharte. No sólo para defender la frontera sino para defenderse de las agresiones de las bandas de malhechores que andaban por la zona muy frecuentemente, hasta tal punto que se le llamó la "frontera de los malhechores". Igualmente, en este privilegio, "para que se defienda de los malhechores et enemigos", se decidió construir una nueva
iglesia dedicada a
San Juan Bautista con una
torre de 50 codos sobre la
puerta, utilizando para su
construcción las
piedras de las
iglesias de las aldeas desaparecidas, dándose un plazo de un año para su construcción a los que viniesen a repoblar la villa.
Incendio:
Tuvo lugar en la
noche de San Juan Bautista de 1484. Hacia las 12 empezó a arder una
casa y como la villa estaba muy bien poblada el fuego no tardó en alcanzar otras
casas, mal aire se levantó, y se quemaron todas las casas. Solo se salvaron las personas que se tiraban por las
ventanas, rompiéndose piernas y brazos. La iglesia también se quemó con todos los
altares, reliquias, libros,
cruces, cálices, vestimentas, etc. Solo se quedaron las cuatro paredes.
La iglesia
gótica:
En la perfecta estructuración del nuevo poblado se dispusieron unas
plazas para los
edificios principales, chapitel o deposito de granos,
horno,
hórreos y la iglesia.
Los inicios de su construcción se pueden poner en relación con el privilegio de 1359 en el cual se menciona que, tras la destrucción de las iglesias de los diferentes lugares, solo faltaba levantar la
parroquia San Juan Bautista, adosándosele "una tor para las
campanas, fuert et alta, de alteza de 50 codos sobre la puerta, por do sallen enta pomplona".
*El verdadero sentido urbanístico se lo proporcionan a Huarte las
calles paralelas y las imprescindibles referencias monumentales. Además poseyó un recinto
amurallado, horno, chapitel,
molino harinero y la casa
palacio torreada de Mendicoa. (Fragmento del libro: "La parroquia de San Juan en el conjunto urbano de Huarte Araquil")
También, dicha villa fue el lugar de nacimiento de uno de los hijos más ilustres del
pueblo:
Felipe Gorriti, gran compositor y organista, entre sus obras destaca el agur Jesusen Ama (Sus restos descansan en el
cementerio de esta villa)