CUANDO PASEAS POR GALICIA ENTRE RÍAS.
Sin fríos demasiados grandes, con la temperatura suave incluso en pleno verano, donde no llegas a sufrir 30, grados, de máxima, y duermes con catorce o dieciséis de mínima, te parece mentira que habiendo vivido siempre en la Península Ibérica no pases esos calores tan grandes, y ahora mucho más con el Cambio Climático. El poder disfrutar tanto tiempo con esa lluvia que refresca todo el entorno de las Rías de Eume y Betanzos, y por esas tardes noches de paseos de chocolatería y helados por Puentedeume, pareces estar en un lugar apartado de las prisas y calores de otros terrenos. Vives pensando en la gran tranquilidad de ver las olas en sus Rías como circulan sin esa rabia que a veces tiene el Mar Cantábrico, que linda con esas costas. Las arboledas de eucaliptos y otras clases de árboles te hacen pensar en esta Galicia donde muchos emigrantes partieron buscando una vida mejor, Es posible que los relojes del tiempo no tengan marcha atrás, ya que muchos de esos emigrantes no se hubieran marchado de esta tierra, donde no se encuentra mano de obra preparada para muchos oficios, El progreso y la mucha construcción están acercando a estas tierras de entre Rías, a ser un futuro de descanso en Galicia. Y quizá mejor comunicada que la zona de Sanxenxo, lugar de moda actual de esa Galicia económicamente más desarrollada. Hay veces que el destino no conoce sus problemas futuros, y sin pensarlo demasiado se lanza a la aventura, que pudiera ser no todo lo agradable que en sueños algunos emigrantes pensaron. Cuando hablas con personas que no son gallegos, todos te dicen esto es un lugar del paraíso del cielo, que se esta llenando de futuras viviendas, espero y deseo que no se multiplique como el pan y los peces del sermón de Jesucristo. Aunque sea lugar de pasó de peregrinos hacia Santiago. Algo tiene que la mayoría de los humanos que pisamos en estos entornos estamos contentos cuando volvemos a visitarlos. G X Cantalapiedra.
Sin fríos demasiados grandes, con la temperatura suave incluso en pleno verano, donde no llegas a sufrir 30, grados, de máxima, y duermes con catorce o dieciséis de mínima, te parece mentira que habiendo vivido siempre en la Península Ibérica no pases esos calores tan grandes, y ahora mucho más con el Cambio Climático. El poder disfrutar tanto tiempo con esa lluvia que refresca todo el entorno de las Rías de Eume y Betanzos, y por esas tardes noches de paseos de chocolatería y helados por Puentedeume, pareces estar en un lugar apartado de las prisas y calores de otros terrenos. Vives pensando en la gran tranquilidad de ver las olas en sus Rías como circulan sin esa rabia que a veces tiene el Mar Cantábrico, que linda con esas costas. Las arboledas de eucaliptos y otras clases de árboles te hacen pensar en esta Galicia donde muchos emigrantes partieron buscando una vida mejor, Es posible que los relojes del tiempo no tengan marcha atrás, ya que muchos de esos emigrantes no se hubieran marchado de esta tierra, donde no se encuentra mano de obra preparada para muchos oficios, El progreso y la mucha construcción están acercando a estas tierras de entre Rías, a ser un futuro de descanso en Galicia. Y quizá mejor comunicada que la zona de Sanxenxo, lugar de moda actual de esa Galicia económicamente más desarrollada. Hay veces que el destino no conoce sus problemas futuros, y sin pensarlo demasiado se lanza a la aventura, que pudiera ser no todo lo agradable que en sueños algunos emigrantes pensaron. Cuando hablas con personas que no son gallegos, todos te dicen esto es un lugar del paraíso del cielo, que se esta llenando de futuras viviendas, espero y deseo que no se multiplique como el pan y los peces del sermón de Jesucristo. Aunque sea lugar de pasó de peregrinos hacia Santiago. Algo tiene que la mayoría de los humanos que pisamos en estos entornos estamos contentos cuando volvemos a visitarlos. G X Cantalapiedra.