CUANDO LOS FANTASMAS
En aquel pazo de Galicia entre rías, una familia gallega venida de hacer las Américas, acababa de comprar ese lugar que parecía un poco embrujado, La familia una vez asentada allí, empezó a notar ruidos extraños, pasos en el pasillo del Pazo, y un respirar extraño, el hombre de la familia no le importaba, era un gallego valiente y que había vivido tiempos difíciles en su emigración de años, más sus hijos empezaron a sentir de cerca aquellos ruidos nocturnos que no paraban, el hombre una noche sentía como vigas de aquella vivienda rechinaban, y empezó a pensar en que esa casa Pazo, estaba embrujada, intento hablar con los vecinos, y solo lograba evasivas que se dejaban notar, nadie quería explicar lo extraños acontecimientos que allí habían ocurrido, poco a poco fue haciendo amistad con uno de esos vecinos jubilados, que con el vaso de vino diario le fue contando cosas extrañas, de aquellos que ocuparon el pazo antes de ser vendido,
El hombre pidió a su familia resistir, no dejarse llevar por esos ruidos fantasmales, ni ponerse nervioso cuando no tenían luz eléctrica, como así lo llevaron a cabo toda la familia, eran fechas, del otoño, la lluvia que es arte en esa zona de entre rías, no paraba de llover, y las goteras afloraron dejando el agua que calara trozos del pazo, la familia entera se dedico a poner cubos y de más utensilios donde caía el agua, fueron fechas duras, la niebla cuando dejaba de llover se acercaba tapando la visibilidad, y aquel entorno parecía embrujado, pronto el padre de la familia, monto su defensa, compró varias escopetas de caza, y cargando cartuchos se las dio a sus hijos, diciéndoles, se veis algo extraño disparar, no tengáis miedo, ya veremos si no salen corriendo los fantasmas del pazo. Fue un otoño e invierno duro y oscuro, más los fantasmas parecía que se alejaban de aquel terreno y su huerto, la familia sin olvidar su defensa continúo viviendo en aquel lugar donde la niebla cerrada y la lluvia eran el pan de cada día. y los sobresaltos no terminaron nunca. G X Cantalapiedra.
En aquel pazo de Galicia entre rías, una familia gallega venida de hacer las Américas, acababa de comprar ese lugar que parecía un poco embrujado, La familia una vez asentada allí, empezó a notar ruidos extraños, pasos en el pasillo del Pazo, y un respirar extraño, el hombre de la familia no le importaba, era un gallego valiente y que había vivido tiempos difíciles en su emigración de años, más sus hijos empezaron a sentir de cerca aquellos ruidos nocturnos que no paraban, el hombre una noche sentía como vigas de aquella vivienda rechinaban, y empezó a pensar en que esa casa Pazo, estaba embrujada, intento hablar con los vecinos, y solo lograba evasivas que se dejaban notar, nadie quería explicar lo extraños acontecimientos que allí habían ocurrido, poco a poco fue haciendo amistad con uno de esos vecinos jubilados, que con el vaso de vino diario le fue contando cosas extrañas, de aquellos que ocuparon el pazo antes de ser vendido,
El hombre pidió a su familia resistir, no dejarse llevar por esos ruidos fantasmales, ni ponerse nervioso cuando no tenían luz eléctrica, como así lo llevaron a cabo toda la familia, eran fechas, del otoño, la lluvia que es arte en esa zona de entre rías, no paraba de llover, y las goteras afloraron dejando el agua que calara trozos del pazo, la familia entera se dedico a poner cubos y de más utensilios donde caía el agua, fueron fechas duras, la niebla cuando dejaba de llover se acercaba tapando la visibilidad, y aquel entorno parecía embrujado, pronto el padre de la familia, monto su defensa, compró varias escopetas de caza, y cargando cartuchos se las dio a sus hijos, diciéndoles, se veis algo extraño disparar, no tengáis miedo, ya veremos si no salen corriendo los fantasmas del pazo. Fue un otoño e invierno duro y oscuro, más los fantasmas parecía que se alejaban de aquel terreno y su huerto, la familia sin olvidar su defensa continúo viviendo en aquel lugar donde la niebla cerrada y la lluvia eran el pan de cada día. y los sobresaltos no terminaron nunca. G X Cantalapiedra.