LLOVIENDO NOCHE Y DÍA
Semana Santa de lluvia sobre las verdes laderas, la noche siguió lloviendo en tiempo de primavera. El agua busca las Rías, su caudal sigue creciendo, en esas jornadas frías Galicia te daba aliento, Pisando en Puentedeume, sin ser peregrino siento, como la lluvia se asume mientras soplaba algún viento. Lluvia que no descansaba, mojando hasta el pensamiento, los paraguas se azotaban a veces contra aquel viento. Noches de lluvia marcadas, y algún sonido perfecto, en las serias madrugadas buscando el camino recto. Es la Galicia entre Rías, esa que te deja aliento, y que en sus noches más frías renacen los sentimientos. Puentedeume tiene su signo que parece ser abierto, donde sueña el peregrino a veces si está despierto. En Esta Semana Santa donde reino el aguacero, la soledad que te espanta me pareció romancero. Con la lluvia repicando, con sus sonido del cielo, las noches fueron pasando mientras que brillaba el suelo. Andando por esas tierras se notan muchos recuerdos, la mente que no descansa vive los buenos momentos. Cuando la lluvia azotaba tuve que salir corriendo, la nostalgia me flotaba sin querer verme fingiendo. Salir de noche lloviendo camino de la meseta, las nubes las vi siguiendo en la madrugada inquieta. La memoria no me engaña, es algo que yo comprendo, esa tierra no es extraña y el recuerdo si le entiendo. Puede que llueva en Galicia, es posible que, con viento, más me parece delicia que te anula el sufrimiento. G X Cantalapiedra.
Semana Santa de lluvia sobre las verdes laderas, la noche siguió lloviendo en tiempo de primavera. El agua busca las Rías, su caudal sigue creciendo, en esas jornadas frías Galicia te daba aliento, Pisando en Puentedeume, sin ser peregrino siento, como la lluvia se asume mientras soplaba algún viento. Lluvia que no descansaba, mojando hasta el pensamiento, los paraguas se azotaban a veces contra aquel viento. Noches de lluvia marcadas, y algún sonido perfecto, en las serias madrugadas buscando el camino recto. Es la Galicia entre Rías, esa que te deja aliento, y que en sus noches más frías renacen los sentimientos. Puentedeume tiene su signo que parece ser abierto, donde sueña el peregrino a veces si está despierto. En Esta Semana Santa donde reino el aguacero, la soledad que te espanta me pareció romancero. Con la lluvia repicando, con sus sonido del cielo, las noches fueron pasando mientras que brillaba el suelo. Andando por esas tierras se notan muchos recuerdos, la mente que no descansa vive los buenos momentos. Cuando la lluvia azotaba tuve que salir corriendo, la nostalgia me flotaba sin querer verme fingiendo. Salir de noche lloviendo camino de la meseta, las nubes las vi siguiendo en la madrugada inquieta. La memoria no me engaña, es algo que yo comprendo, esa tierra no es extraña y el recuerdo si le entiendo. Puede que llueva en Galicia, es posible que, con viento, más me parece delicia que te anula el sufrimiento. G X Cantalapiedra.