EL DIABLO ESA NOCHE ANDABA POR GALICIA
Era una noche de esas que llamamos infernales, los relámpagos y truenos se veían y escuchaban por todos los lugares de aquella Ría de Betanzos, las carreteras de la comarca eran balsas de agua y granizo, y los turistas que les parecía aquello demasiado extraño exclamaban. Esta noche anda el diablo por estas curvas peligrosas de La Galicia entre rías, las gentes de esa tierra gallega, apenas se movían de sus hogares o locales donde estaban pasando la noche, Más el diablo no descansa, y tiene siempre motivos para andar fastidiando al inocente, Un rayo desbocado partía un árbol sin hacer demasiado esfuerzo, fue fulminante, la Madre Naturaleza al diablo le daba fuerza para seguir castigando a esa tierra preciosa, y la tormenta se fue alargando camino del Mar Cantábrico, donde parece que allí descargo todos sus males, A la mañana siguiente todo parecía normal, nadie pensaba en esa tromba de agua y granizo sobre aquellos montes verdes que hacen un paisaje que parece primavera, incluso en medio verano en el mes de julio. Galicia tiene esos momentos de brujería extraña, donde parece que el diablo lanza su fatal fuerza contra los humanos, y la tormenta se vuelve dislocada, y con ganas de atemorizar a cualquier visitante que no conozca esas tormentas de verano, que solo son un simple baño de agua fría, sobre todo si te coje al aire libre sin poderte resguardar. Nadie que conozca Galicia le extraña esas nubes que parece que se dejan caer sobre esos campos verdes, y los rayos y truenos forman esa música que atemoriza a las personas que a veces están de paso, sin llegar a estar prisioneras del diablo, aunque el granizo te pegue en el parabris y parezca que puede romperse, es solamente el prologo de la tormenta que carga sus nubes en sus costas. Y que sin pensarlo demasiado descargan con rapidez. G X Cantalapiedra.
Era una noche de esas que llamamos infernales, los relámpagos y truenos se veían y escuchaban por todos los lugares de aquella Ría de Betanzos, las carreteras de la comarca eran balsas de agua y granizo, y los turistas que les parecía aquello demasiado extraño exclamaban. Esta noche anda el diablo por estas curvas peligrosas de La Galicia entre rías, las gentes de esa tierra gallega, apenas se movían de sus hogares o locales donde estaban pasando la noche, Más el diablo no descansa, y tiene siempre motivos para andar fastidiando al inocente, Un rayo desbocado partía un árbol sin hacer demasiado esfuerzo, fue fulminante, la Madre Naturaleza al diablo le daba fuerza para seguir castigando a esa tierra preciosa, y la tormenta se fue alargando camino del Mar Cantábrico, donde parece que allí descargo todos sus males, A la mañana siguiente todo parecía normal, nadie pensaba en esa tromba de agua y granizo sobre aquellos montes verdes que hacen un paisaje que parece primavera, incluso en medio verano en el mes de julio. Galicia tiene esos momentos de brujería extraña, donde parece que el diablo lanza su fatal fuerza contra los humanos, y la tormenta se vuelve dislocada, y con ganas de atemorizar a cualquier visitante que no conozca esas tormentas de verano, que solo son un simple baño de agua fría, sobre todo si te coje al aire libre sin poderte resguardar. Nadie que conozca Galicia le extraña esas nubes que parece que se dejan caer sobre esos campos verdes, y los rayos y truenos forman esa música que atemoriza a las personas que a veces están de paso, sin llegar a estar prisioneras del diablo, aunque el granizo te pegue en el parabris y parezca que puede romperse, es solamente el prologo de la tormenta que carga sus nubes en sus costas. Y que sin pensarlo demasiado descargan con rapidez. G X Cantalapiedra.