PONTEDEUME: FUE UNA TARDE DE MORRIÑA...

FUE UNA TARDE DE MORRIÑA
Corrían vientos silbando
por las laderas gallegas,
la tarde se fue pasando
entre las lluvias que riegan.
Era tarde de morriña
de esas que se vuelven negras,
donde llora cualquier niña
sin que aparezcan las fieras.
Tarde de lluvia muy fina
donde se rompen esperas,
sin ver la vida divina
nadie hablará de fronteras.
La morriña va marcando
esa saudade a la vera,
la vida puede ir dejando
sueños de cierta quimera.
Entre la fría nostalgia
que puede marcar barreras,
en Galicia ves la magia
de algunas tristes cegueras.
La morriña va volando,
nada teme a las fronteras,
la tarde se ira marchando
mientras se queman las ceras.
Estas tardes tan lluviosas
que dejan penas sin tregua,
pudieran verse dichosas
incluso en distinta lengua.
Tardes que tienen sus lujos
entre promesas sinceras,
algunos hablan de influjos
con sueños de primaveras.
G X Cantalapiedra.