ENTRE LAS BRISAS GALLEGAS
Tristes caminos rurales por donde corren las brisas,
que nos parecen normales si no trafulcan sus prisas.
Viejos caminos del monte entre eucaliptos erguidos,
que quieren ser el resorte de los caminos perdidos.
Meigas llenas de complejos en la Profunda Galicia,
que no pueden estar lejos de buscar cierta primicia.
Otras brujas castellanas les mostraron sus lecciones,
que no resultaron vanas entre las buenas razones.
Muchas noches enfundadas en penosas maldiciones,
terminan siendo olvidadas al comprobar negaciones.
Noches cargadas de Luna que siguen rumbos perversos,
que los niños en su cuna temen algunos suspensos.
La noche se vuelve triste entre nubes horrorosas,
alguna mente resiste a palabras vanidosas.
En esta tierra gallega donde vuelan los misterios,
algunas penas se pliegan en los minutos más serios.
Brisas que llaman de costa entre nubes engañosas,
alguna tormenta angosta deja sus lluvias dichosas.
Noches llenas de tristeza para quien busca remedios,
que pueden lograr torpeza si no comprende los medios.
Hay caminos de alborada que suelen dar penitencia,
son esas sendas grabadas donde no existe clemencia.
Buscar barcos y pasiones es del mundo marinero,
donde se ven confusiones para el hombre aventurero.
Caminos tiene la vida que pueden darte la muerte,
no lleves tu frente erguida ni tientes tu buena suerte.
La tarde más embrujada no tiene llanto en sus ojos,
a veces marcha callada entre temidos despojos.
Los misterios van brotando en los caminos gallegos,
dicen que vienen marcando palabras que sueltan ruegos.
No busques al marinero que zarpó por mar adentro,
el tan solo fue un obrero ocupando siempre el centro.
Los paisajes encantados de la Galicia Profunda,
dicen que están evocados a no ver su vida absurda.
No vale buscar veredas llenas de gritos fantasmas,
ni querer trazar las sendas donde se escuchan proclamas.
Voces llenas de pasiones en laderas bien cuidadas,
con sus verdes tentaciones y sus casas anheladas.
Galicia sigue marcando sus soledades privadas,
que el tiempo vive observando en las frías alboradas.
G X Cantalapiedra,..
Tristes caminos rurales por donde corren las brisas,
que nos parecen normales si no trafulcan sus prisas.
Viejos caminos del monte entre eucaliptos erguidos,
que quieren ser el resorte de los caminos perdidos.
Meigas llenas de complejos en la Profunda Galicia,
que no pueden estar lejos de buscar cierta primicia.
Otras brujas castellanas les mostraron sus lecciones,
que no resultaron vanas entre las buenas razones.
Muchas noches enfundadas en penosas maldiciones,
terminan siendo olvidadas al comprobar negaciones.
Noches cargadas de Luna que siguen rumbos perversos,
que los niños en su cuna temen algunos suspensos.
La noche se vuelve triste entre nubes horrorosas,
alguna mente resiste a palabras vanidosas.
En esta tierra gallega donde vuelan los misterios,
algunas penas se pliegan en los minutos más serios.
Brisas que llaman de costa entre nubes engañosas,
alguna tormenta angosta deja sus lluvias dichosas.
Noches llenas de tristeza para quien busca remedios,
que pueden lograr torpeza si no comprende los medios.
Hay caminos de alborada que suelen dar penitencia,
son esas sendas grabadas donde no existe clemencia.
Buscar barcos y pasiones es del mundo marinero,
donde se ven confusiones para el hombre aventurero.
Caminos tiene la vida que pueden darte la muerte,
no lleves tu frente erguida ni tientes tu buena suerte.
La tarde más embrujada no tiene llanto en sus ojos,
a veces marcha callada entre temidos despojos.
Los misterios van brotando en los caminos gallegos,
dicen que vienen marcando palabras que sueltan ruegos.
No busques al marinero que zarpó por mar adentro,
el tan solo fue un obrero ocupando siempre el centro.
Los paisajes encantados de la Galicia Profunda,
dicen que están evocados a no ver su vida absurda.
No vale buscar veredas llenas de gritos fantasmas,
ni querer trazar las sendas donde se escuchan proclamas.
Voces llenas de pasiones en laderas bien cuidadas,
con sus verdes tentaciones y sus casas anheladas.
Galicia sigue marcando sus soledades privadas,
que el tiempo vive observando en las frías alboradas.
G X Cantalapiedra,..