VILLANUEVA DE LA SIERRA: En mi ya lejana infancia ovetense -gentilicio que se...

Cuando la siega llegaba
de aquél trigo que sembramos,
los carros lo acarreaban
y a la era lo llevaban.

Era curioso de ver
por camino y carretera,
aquellos carros de entonces
que tuvieran grandes ruedas.

Más siendo tiempo de estio
y la tierra polvorienta,
aquellas llantas de hierro
iban dejando su huella.

No se me olvida de algunos
que delante de los bueyes,
con una pica en la mano
de esa forma condujere.

Cuando a la era llegaban
y empezaba la descarga,
para quitarles el peso
a la pértiga del carro
un puntál se colocaba.

Con un carro y otro carro
en los dias sucesivos,
pudimos ver de qué forma
una hacina que hicimos.

Al acabar el transporte
del trigo que se tenia,
se comenzó con las parvas
y a trillar todos los dias.

No habia siesta
aquél entonces
mientras la trilla duraba,
y con sombrero de paja
aquél sol se soportaba.

jacintoP. SALUDOS

NOTA.-Estoy convencido, de que el Sr Trapote, por haber nacido en tierras mas frescas y montañosas de las que el Cid Campeador pisara, no conoce esta época del año en donde en toda extremadura se afanaban las personas para recoger algunas fanegas de trigo que después una vez molido nos servian para fabricar el pan tan escaso en aquél tiempo. Le diré además, que por nuestros pueblos las cosechas solian ser pequeñas por la poca fertilidad del terreno y lo accidentado del terreno. No sucedia lo mismo, con la campiña de tierra de barros y el sur de Badajoz, donde por Zafra, Azuaga, LLerena y toda su comarca se recogian grandes cosechas.

En mi ya lejana infancia ovetense -gentilicio que se aplica a los nacidos
en Oviedo - era muy común llevar a los niños a veranear en la provincia de
León. A "tomar los aires de Castilla", se decía.
Parece ser que ese clima favorecía la salubridad de los "infantes" y
abría el apetito lo cual era un poco lo que perseguia.
Hemos ido de niños a pasar estíos en Pola de Gordón, Villamanin, Trobajo del
Camino etc.
Y tan cierto esto que hay un pueblo leonés - Valencia de Don Juan - que
estaba inundado de asturianos y cómo las matriculas de los coches-entonces-
llevaban la O de Oviedo, capital de Asturias, se llegó a denominar este
lugar como " Valencia de la O ".
Por todos los pueblos de esa zona era muy típica la estampa de las
Eras, donde se trillaban los cereales.
Posteriormente viviendo ya en Madrid, cada vez que ibamos a Asturias
en las provincias de Valladolid y León se veian tambien muchas Eras.
De ahí, querido D. Jacinto, que aunque sea cierto lo que usted dice, sí
conozco bien este tema, por cierto, de mucho "sabor" rural y muy atractivo
para observar, claro.
Un abrazo. Manolo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Me alegra como no podia ser menos Sr Trapote, el que haya conocido aunque sea de vista aquellos tiempos tan dificiles para todos, y que por imperativos de la propia suprvivencia las gentes solian sudar la gota grande sin escatimar el más minimo esfuerzo.
Yo he de decirle que lo mismo que creo le haya sucedido al Sr Vicente, vivimos la realidad de aquél tiempo.
Por la mañana, y una vez el sol iba alcanzando altura, to el mundo cargados con sus pertrechos y una yunta de burros, jacas o bueyes, los yuntaban unidos para empezar a dar vueltas en la parva. Unas veces de pié, y otras sentado y sujetando con las manos las riendas, se comenzaba a dar vuelyas y más vueltatas mientras aquellos trillos iban cortando y desgranando las espigas. En tiempos de quine minutos o media hora, se solia hacer el relevo entre los propios familiares o criados que se tuvieran.
A la hora de comer, se hacia un descanso para ello, y sin mucha más tardanza, se volia de nuevo a la era para continuar el trabajo emprendido.
Cuando nuevamente el iba decayendo, se soltaban los animales y se emprendia el retorno a la cuadra que hasta solia formar parte de la misma vivienda.

jacintoP. SALUDOS ... (ver texto completo)
Cierto es Sr Trapote que resultaba agradable ver la estampa de aquellas labores del estio en las tierras Castellanas y en otras muchas. No lo era tanto para aquellos que con un sol abrasador tenian que soportar aquel calor de infierno.
También he de decirle, que oi en alguna ocasión sin que pueda tener un gran conocimiento de ello, hablar a mi abuela de alguna pequeña estancia en Figuera de Portugal en aquella epoca de verano. Lo que no tengo duda alguna, es que este pequeño descanso merecido por ... (ver texto completo)