En el mes de diciembre, llegadas las fiestas navideñas, era muy común que
grandes amigos villanovenses de la peña en la que normalmente convivo
cuando estoy allí, contactaran conmigo para que adquiriera loteria de
Navidad a poder ser en Doña Manolita. Digo, y digo bien, "era", porque
estos dos últimos años no se produjo dicha petición.
Cómo es obvio nunca nos tocó. Pero se me quedó grabada una frase
de uno de esos grandes amigos, concretamente el original y buenisima
persona: Pacho.
Un día me dice " Chacho, mira a ver si este año coges un número
en que al menos nos toque el "restriego"..."
Hombre querido por todos, y muy admirado por mi. Un abrazo para él.
Y saludos a todos.
grandes amigos villanovenses de la peña en la que normalmente convivo
cuando estoy allí, contactaran conmigo para que adquiriera loteria de
Navidad a poder ser en Doña Manolita. Digo, y digo bien, "era", porque
estos dos últimos años no se produjo dicha petición.
Cómo es obvio nunca nos tocó. Pero se me quedó grabada una frase
de uno de esos grandes amigos, concretamente el original y buenisima
persona: Pacho.
Un día me dice " Chacho, mira a ver si este año coges un número
en que al menos nos toque el "restriego"..."
Hombre querido por todos, y muy admirado por mi. Un abrazo para él.
Y saludos a todos.
La primera vez que llegué a Villanueva, allá por junio de 1991, exitía
aún el Bar de Chirre.
Entré en él con mi cuñado Amador y con Jacinto y recuerdo que estábamos
hablando sobre la institución eclesiástica.
Se acercarón dos señores a los que les debió de gustar la conversación
y también por el ánimo de conocer al forastero, en este caso, yo.
Nos tomamos los cinco unos cuantos pitarras y ahí comencé a tener más
amigos.
Esos dos señores erán Charro y Pacho.
Pacho era menos proclive a salir de Villanueva, pero con Charro si tuve
la oportunidad de conocer muchos pueblos del contorno. Intimamos muy bien
Charro y yo.
La anécdota que traigo hoy a colacción es que yo oía hablar de los "ataos"
sin saber que era aquello.
Un dia se lo dije a Charro, cogimos el coche, y nos fuimos a Villa del Campo.
Y allí en Casa Macareno el gran Simeón (Simi) nos atendió divinamente
sirviéndoso aquellos callos "atados" que luego frecuenté mucho.
Era Simi muy forofo del Real Madrid y simpatizante de Butragueño -por
aquella época figura del equípo -del que me pedía cada año un poster
para colgar en el Bar. Yo siempre se lo llevaba junto con otro de todo
el equípo.
Gracias a estos encargos pude conocer a muchos tertulianos de su Bar
porque era muy típico cuando llegaba a verle que dijera a voz en grito:
este es mi amigo Trapote, el que me trae todo lo del Madrid...
De esta manera me fé introduciendo en su núcleo de clientes. Luego nos
encontrábamos en Casa de Felipe el Turro ó abajo en "Gabarri" (! que
pitarra tenía y sigue teniendo siempre, yo no sé donde lo encuentra!).
Pero el embajador de todo ello era y es Charro, que entre sus variados
oficios ejerció el de recaudador de impuestos. A mi siempre me extrañó
que, pese a ello, le recibian por todos los sitios con verdadero cariño.
Jorge el de Casa Teodoro una noche de copas se reia mucho cuando yo
bromeaba con Charro y le decia: ¿Como es posible, Coyote, que habiendo sido
recaudador de impuestos te dejen entrar por todos los pueblos y encima
te acojan con tanto cariño? si tenian que apalearte...
Tanto Jorge cómo Simi desgraciadamente ya no están en este mundo aunque
si en el recuerdo de muchos amigos, entre los que me cuento.
Saludos.
aún el Bar de Chirre.
Entré en él con mi cuñado Amador y con Jacinto y recuerdo que estábamos
hablando sobre la institución eclesiástica.
Se acercarón dos señores a los que les debió de gustar la conversación
y también por el ánimo de conocer al forastero, en este caso, yo.
Nos tomamos los cinco unos cuantos pitarras y ahí comencé a tener más
amigos.
Esos dos señores erán Charro y Pacho.
Pacho era menos proclive a salir de Villanueva, pero con Charro si tuve
la oportunidad de conocer muchos pueblos del contorno. Intimamos muy bien
Charro y yo.
La anécdota que traigo hoy a colacción es que yo oía hablar de los "ataos"
sin saber que era aquello.
Un dia se lo dije a Charro, cogimos el coche, y nos fuimos a Villa del Campo.
Y allí en Casa Macareno el gran Simeón (Simi) nos atendió divinamente
sirviéndoso aquellos callos "atados" que luego frecuenté mucho.
Era Simi muy forofo del Real Madrid y simpatizante de Butragueño -por
aquella época figura del equípo -del que me pedía cada año un poster
para colgar en el Bar. Yo siempre se lo llevaba junto con otro de todo
el equípo.
Gracias a estos encargos pude conocer a muchos tertulianos de su Bar
porque era muy típico cuando llegaba a verle que dijera a voz en grito:
este es mi amigo Trapote, el que me trae todo lo del Madrid...
De esta manera me fé introduciendo en su núcleo de clientes. Luego nos
encontrábamos en Casa de Felipe el Turro ó abajo en "Gabarri" (! que
pitarra tenía y sigue teniendo siempre, yo no sé donde lo encuentra!).
Pero el embajador de todo ello era y es Charro, que entre sus variados
oficios ejerció el de recaudador de impuestos. A mi siempre me extrañó
que, pese a ello, le recibian por todos los sitios con verdadero cariño.
Jorge el de Casa Teodoro una noche de copas se reia mucho cuando yo
bromeaba con Charro y le decia: ¿Como es posible, Coyote, que habiendo sido
recaudador de impuestos te dejen entrar por todos los pueblos y encima
te acojan con tanto cariño? si tenian que apalearte...
Tanto Jorge cómo Simi desgraciadamente ya no están en este mundo aunque
si en el recuerdo de muchos amigos, entre los que me cuento.
Saludos.
