En el siglo XV un escritor italiano llamado Pico de Mirandola escribía: "El hombre está en el centro de todo lo que acontece. Cuando todo hubo sido creado, y el mundo estaba completo, apareció el hombre y Dios le dijo: No te he fijado lugar alguno, ni tarea, ni plan de forma que puedes emprender cualquier empresa y ocupar el lugar que desees. Todo lo demás que existe estará sometido a leyes que ordené. Tu serás el único capaz de determinar lo que eres". Entre esta frase y la del filósofo griego de la Antiguedad Protágoras ("... el hombre es la medida de todas las cosas") hay una gran similitud y una común preocupación: el fenómeno humano. La cultura renacentista adquiere de esta forma una base claramente humanista (homocentrismo) en posición a la Edad Media donde la preocupación era Dios.