El Templo de Salomón era para los templarios mucho más que una prospección arqueologíca. De confirmarse que algunos de sus fundadores se creían descendientes de judios expulsados de Jerusalén por el rey Herodes Agripa, entonces la mezquita de Al Aqsa era, además del lugar que albergó el Arca de la Alianza.
El sitio donde Dios le impuso a Abraham su última prueba: sacrificar a su único hijo, Isaac. Como premio a la disposición de Abraham a obedecerle, Yavhé le prometió bendecir y multiplicar su descendencia. Fué David quien, al final del primer milenio antes de Cristo conquistó Jerusalén, hasta entonces bastión de los jebuseos, y decidió construir en el monte Moriah, en el mismo lugar del sacrificio de Isaac, un templo donde guardar el Arca de la Alianza, reliquia que años antes había guiado a los hebreos en su Éxodo, desde Egipto hasta Tierra Prometida. David sólo pudo adquirir los terrenos. Sería su hijo Salomón con la pericia del arquitecto Hiram Abiff, quien finalmente erigiría el Templo, que llenó no solo de tesoros sino, además, de increíbles conocimientos.
El sitio donde Dios le impuso a Abraham su última prueba: sacrificar a su único hijo, Isaac. Como premio a la disposición de Abraham a obedecerle, Yavhé le prometió bendecir y multiplicar su descendencia. Fué David quien, al final del primer milenio antes de Cristo conquistó Jerusalén, hasta entonces bastión de los jebuseos, y decidió construir en el monte Moriah, en el mismo lugar del sacrificio de Isaac, un templo donde guardar el Arca de la Alianza, reliquia que años antes había guiado a los hebreos en su Éxodo, desde Egipto hasta Tierra Prometida. David sólo pudo adquirir los terrenos. Sería su hijo Salomón con la pericia del arquitecto Hiram Abiff, quien finalmente erigiría el Templo, que llenó no solo de tesoros sino, además, de increíbles conocimientos.