11:33 h.
¡Y no pasa nada!
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José María Babot Vizcaíno de Majadahonda (Madrid) - 16/07/2012
Dice el refranero español: "éramos pocos y parió la abuela". Así nos está pasando a los españoles rasos. En vista de que las CCAA han dilapidado la riqueza española que tanto nos había costado guardar con el esfuerzo de todos los españoles, como todavía hay algún que otro presidente de una comunidad, López, que se hace llamar de nombre Patxi, cuando su nombre es Francisco Javier, y en su curriculum ha mentido diciendo que es ingeniero, para más señas, como ha visto que a los otros que fueron, como Barreda, Chaves, Griñán, y algún otro, no les pasa nada por hacer de un dinero que no hay y que no era suyo, lo que les venía y viene en gana, pues este vasco, sin pensárselo mucho, en vez de dar a otros el dinero, como se ha hecho en otras regiones españolas, ni corto ni perezoso se ha establecido un sueldo, ¡Para toda la vida! ¡Qué descaro y sinvergonzada! de unos noventa y siete mil euros anuales, que actualmente ya lo está cobrando, siendo el segundo lugar en el ranking de los presidentes, (sólo el llorón de Arturo Más le gana) y solo ha trabajado como presidente, tres años y medio, cuando un trabajador normalito, incluso de su oficina vasca, ha de estar como mínimo 15 años para una mísera pensión de, como mucho, 1.000 euros al mes. En Vascongadas, por lo que se ve, no debe haber crisis. La justificación que arguyen es la que ellos quieran. Palabras hay en el diccionario para dar y tomar, y han buscado la solución para que nadie les diga nada. Pues sí señores, sí les decimos: son ustedes unos caras dura, y es un claro abuso de poder, con la crisis que nos asola y jugar con esas cantidades sin ton ni son, es para decirles los mayores insultos y epítetos para ver si se les cae la cara de vergüenza, sabiendo qué cara tienen para parar un tren, pero me da la ligera impresión que de lo segundo, todos los que obran así, ni la han conocido ni la conocen, y por lo que se ve, ni la conocerán. Y es que los sin estudios, se supone que por envidia, engordan su curriculum, intuyo que por sonrojo, y ceban, además, sus salarios.
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