Hace escasos días subí, una vez más, al
castillo, o mejor dicho: a la enorme
roca que sostienen las
ruinas del castillo árabe de
Cabañas del Castillo. Llevaba un pequeño transistor el que, a tono con la actualidad, me daba cuenta de la situación económica, política y social de
España, y allí en lo más alto, entre las desvencijadas y escasas paredes que aún quedan en pie, sin saber mu bien porqué dejé volar la imaginación y recorde estos versos de Quevedo.
Miré los muros de la patria mía,
si
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