Bueno, JABATO: ESTO ES UN BUEN ROLLO, PERO BIEN ESTRUCTURADO.
El día 30 de mayo, salvo mejor opinión, es el Día de San Fernando. Este tal Fernando, que fue el Rey III de León y Castilla, allá por el s. XIII, lo debieron hacer santo por las hostias que dio a los almohades, almorávides y todo ese "personal" (en adelante moros-dicho sea con el debido respeto y con el objeto de simplificar-)
El tal Fernando, que debía de tener su mala leche, conquistó para la causa cristiana casi toda Andalucía, Extremadura, etc. Posteriormente, su hijo Alfonso X- que llamaron el sabio y se dedicaba a la inmersión lingüística escribiendo los cantos (cantigas) en gallego- finalizó la obra.
Una de los hechos de armas más glorioso del tal Fernando (lógico que lo hicieran santo los católicos) fue la conquista de Córdoba. Y el tío debía tener buena memoria. Un día cualesquiera, un tal Almanzor, (En realidad se llamaba, Abi Amir Muhammad, Pepe para los andaluces, pero él mismo se puso el seudónimo de "al-Mansur bi-Allah" (el victorioso de Dios) – ya sabemos que Dios está en todas partes, con los buenos y con los malos-) que, por cierto, también daba leches como panes, y que tiene un terrenito muy alto por la sierra de Gredos, en una de sus excursiones por Santiago de Compostela- no sé a que coño se fue tan lejos a dar por culo- se le cruzaron los cables y se trajo las campanas bronceadas de la Catedral, que por cierto deberían pesar un huevo. Se las hizo traer a hombros a los cristianos de turno, para que la salud no decayese ni el cuerpo lo olvidase, desde allí p’arriba, hasta Córdoba. ¡Tiene coonees!
Fernando que, como dije, tenía una memoria de tres pares de pelotas, cuando cambiaron las tornas, hizo exactamente lo mismo, sólo que al contrario. Los porteadores, lógicamente eran moros. Es de suponer, asimismo, que las campanas no eran las mismas, por la sencilla razón que las que se trajo el Almanzor se fundieron. Por lo tanto, el tío, pillo unas iguales- una miaja más cargás de bombo- y p’arriba. Es de considerar, asimismo, para situarnos históricamente, que la torre de la Catedral santiaguina donde las campanas repicaban no era la de ahora. La de ahora, como sabemos, es barroca y se separa en el tiempo del románico por unos cinco siglos,
aproximadamente.
No contento, Fernando, con el tema de las campanas, y recordando que los moros habían construido su mezquita donde antes había una iglesia paleocristiana (digo yo que sería) mandó construir la Catedral en mitad de todo el bebe de la susodicha. Y allí continúa la cordobesa catedralicia. Ahora, los moros quieren usar su templo para sus oraciones. El obispo ya dicho que no. Yo, que creo ser un ateo cristiano-como Gustavo Bueno- digo también que no. No sabemos ZP. Creo que de momento se salva porque es competencia y titularidad de la Iglesia. El día de mañana, Dios dirá y el hombre proveerá (Eso se dice)
Bueno, pues lo dicho, esperando que no toméis la cosa al pie de la letra, y sin hacer relación bibliográfica, porque me parecería una giripollada, me despido.
Otro día os contaré, el porqué no celebrar la onomástica de Fernando VII (el rey más h. de p. de la historia de España) el día 30 de mayo de 1808 (Día de San Fernando) le costó el pellejo a un tal general Conde de la Torre del Fresno, en Badajoz. Saludos. PC
El día 30 de mayo, salvo mejor opinión, es el Día de San Fernando. Este tal Fernando, que fue el Rey III de León y Castilla, allá por el s. XIII, lo debieron hacer santo por las hostias que dio a los almohades, almorávides y todo ese "personal" (en adelante moros-dicho sea con el debido respeto y con el objeto de simplificar-)
El tal Fernando, que debía de tener su mala leche, conquistó para la causa cristiana casi toda Andalucía, Extremadura, etc. Posteriormente, su hijo Alfonso X- que llamaron el sabio y se dedicaba a la inmersión lingüística escribiendo los cantos (cantigas) en gallego- finalizó la obra.
Una de los hechos de armas más glorioso del tal Fernando (lógico que lo hicieran santo los católicos) fue la conquista de Córdoba. Y el tío debía tener buena memoria. Un día cualesquiera, un tal Almanzor, (En realidad se llamaba, Abi Amir Muhammad, Pepe para los andaluces, pero él mismo se puso el seudónimo de "al-Mansur bi-Allah" (el victorioso de Dios) – ya sabemos que Dios está en todas partes, con los buenos y con los malos-) que, por cierto, también daba leches como panes, y que tiene un terrenito muy alto por la sierra de Gredos, en una de sus excursiones por Santiago de Compostela- no sé a que coño se fue tan lejos a dar por culo- se le cruzaron los cables y se trajo las campanas bronceadas de la Catedral, que por cierto deberían pesar un huevo. Se las hizo traer a hombros a los cristianos de turno, para que la salud no decayese ni el cuerpo lo olvidase, desde allí p’arriba, hasta Córdoba. ¡Tiene coonees!
Fernando que, como dije, tenía una memoria de tres pares de pelotas, cuando cambiaron las tornas, hizo exactamente lo mismo, sólo que al contrario. Los porteadores, lógicamente eran moros. Es de suponer, asimismo, que las campanas no eran las mismas, por la sencilla razón que las que se trajo el Almanzor se fundieron. Por lo tanto, el tío, pillo unas iguales- una miaja más cargás de bombo- y p’arriba. Es de considerar, asimismo, para situarnos históricamente, que la torre de la Catedral santiaguina donde las campanas repicaban no era la de ahora. La de ahora, como sabemos, es barroca y se separa en el tiempo del románico por unos cinco siglos,
aproximadamente.
No contento, Fernando, con el tema de las campanas, y recordando que los moros habían construido su mezquita donde antes había una iglesia paleocristiana (digo yo que sería) mandó construir la Catedral en mitad de todo el bebe de la susodicha. Y allí continúa la cordobesa catedralicia. Ahora, los moros quieren usar su templo para sus oraciones. El obispo ya dicho que no. Yo, que creo ser un ateo cristiano-como Gustavo Bueno- digo también que no. No sabemos ZP. Creo que de momento se salva porque es competencia y titularidad de la Iglesia. El día de mañana, Dios dirá y el hombre proveerá (Eso se dice)
Bueno, pues lo dicho, esperando que no toméis la cosa al pie de la letra, y sin hacer relación bibliográfica, porque me parecería una giripollada, me despido.
Otro día os contaré, el porqué no celebrar la onomástica de Fernando VII (el rey más h. de p. de la historia de España) el día 30 de mayo de 1808 (Día de San Fernando) le costó el pellejo a un tal general Conde de la Torre del Fresno, en Badajoz. Saludos. PC
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