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MEMBRIO: “LOS VESTIGIOS DEL PASADO”. 02. VI Parte...

El mochuelo.
La población de mochuelos ha disminuido más de un 40% en las últimas décadas en España (concretamente desde 1998), y muy probablemente es debido a los cambios en la agricultura como la intensificación agraria, los cambios del uso del suelo, la eliminación de lindes, árboles viejos o setos en zonas agrícolas y el abandono de los cultivos tradicionales y del pastoreo extensivo, que han provocado que el hábitat que necesita el mochuelo (lugares abiertos donde reproducirse y posaderos para acechar a sus presas) se haya modificado; y muy probablemente también han influido el mayor uso de pesticidas, fungicidas o insecticidas. Y a todo esto hay que añadir uno de los factores más importantes a tener en cuenta como infuyentes en su declive: los atropellos, como veremos en el siguiente punto. En la actualidad se estima que hay alrededor de 50.000 mochuelos en nuestro país.
A pesar de tratarse de una rapaz nocturna, también se muestra bastante dinámica durante el día, no siendo nada extraño observar mochuelos en lo alto de postes de la luz al borde de caminos y carreteras. También es frecuente verlos durante el día posado sobre muros de piedra y en ramas de los árboles, sobre todo olivos, encinas y sauces, y no es nada raro verlo en los frutales próximos a los pueblos, aunque evita el interior de los bosques.
Los mochuelos, al igual que muchas otras rapaces no hacen sus nidos en el exterior, sobre ramas o rocas, sino que utilizan agujeros ya existentes, generalmente en un árbol, aunque también pueden anidar en paredes de edificios, rocas, agujeros en la arena o incluso madrigueras de conejo.
El grito característico que emiten los mochuelos es un sonido melódico y lastimero formado por una serie de gritos agudos y cortos, que a veces se convierten en un canto parecido al maullido de un gato. A veces es tan parecido que es difícil distinguirlos. Podéis oírlo aquí a partir de los 40 segundos aproximadamente:
Hasta que la muerte los separe. Los mochuelos, como otras especies de aves, forman parejas estables a lo largo de toda la vida, e incluso tienen bastante apego por sus nidos. Las parejas se mantienen hasta que uno de los dos miembros muere. La puesta consta de dos a cinco huevos al año que incuban durante un periodo de unos veinticinco a treinta días entre los meses de mayo y junio.

“LOS VESTIGIOS DEL PASADO”. 02. VI Parte

Para que no te sientas sólo en este “tirar del carro” que se hace cada vez pesado… y no porque ahora tenga”freno”, que una vez sí que los hubo y del que nadie quiere hablar de ello; pero olvidamos demasiado pronto, como el preguntar si hoy domingo hay misa; cuando tú “VIRGO” fuiste monaguillo –aparte que había misa todas las mañana a las 8- los domingos se celebraba una misa rezada y otra cantada, la de “Aspergeme” cuando el Sr. Cura tenía que recorrer iglesia arriba …iglesia abajo y dos monaguillos abriéndole la capa pluvial y así favorecer al hisopo mientras Francisca, Pepita (no equivocarse, Pepita Mansilla la hija del Sargento comandante del Puesto), Mercedes o Sagrario. Olvidamos enseguida…. cuando por hoy mismo, salíamos a la puerta de la iglesia al tradicional responso frente a la lápida con el Ayuntamiento en Pleno y al agüacil como maestro de ceremonia. Esto de rercordar e algunas veces es bueno…. Porque nos rejuvenece, sobre todo a los que acabamos de entrar de puntillas en el atardecer de la vida aunque nos falte otro “cuarto”; como el pasado jueves en el funeral, en la que D. Martín cantó un responso, que nosotros creíamos que se nos había ido de la memoria para toda la vida; pero no… cuando cantaba –por cierto muy bien… con sostenido como a nosotros nos gusta-: “Liberame Domine, de morte eterna uidicare saeculun…”. Nosotros, sin saber porqué y en baja voz, contestábamos automáticamente sin ser consciente el “Dum veneris per ignem…”, ¡qué ni por el forro en aquellos tiempos sabíamos que estábamos diciendo, “Cuando vengas a juzgar al mundo el fuego…”. Pero nosotros habíamos entrado en este FORO para hablar del MOCHUELO, y siempre ocurre que nos desviamos.
Quién por aquellos años, no ha tenido de muchachito una jaula de mochuelo… aquellas de tablas. Tú sabes muy bien “VIRGO “o te lo supondrás que nuestros mochuelos procedían de esa tierra, que tú la denominas en tus “mensajessanta. Para su alimentación aparte de los consabidos zagañotes, le dábamos “Bolas de carne”, procedente de una carnicería que había en las calle La Cuesta, precisamente, donde mucho después estuvo el Cuarte de la Guardia Civil. Y es que tanto la calle la Cuesta – es curioso, que nunca se dirigía a ella como calle General Aranda- como en la prolongación o viceversa había o se concentraba: carnicería, fraguas, botica, banco de herrar, baile (recordemos por un momento aquél baile de la tía María de la O, comercios, peluquerías (ya también se nos había olvidado: la de Juan Marroyo y Casimiro Guillén, despacho de pan, carpintería, telar, sastrería, revendedoras de frutas y hortalizas y numerosos despachos de leche fresca… y no es que fuera casualidad si bien lo pensamos…. Que la mayoría de las casas de la acera derecha tenían tinado que dana bien al Cerro, Calleja Tomé o Camino de la Fuente. Ya nos estamos desviando otra vez nos estamos desviando…. Sin decir lo que queremos decir: como se cazaba el mochuelo; sabiendo que era muy “fijostero”, palabra muy usada por D. Pedro Luceño Santiago el maestro, refiriéndose al que en la escuela copiaba. Recordamos a Ginés Rico y Vicente Sánchez, que eran verdaderos maestros en capturarlo; mientras uno le bailaba con el dorso desnudo y el machuelo se fijaba en él, se despegar pestañas… otro iba por atrás y lo capturaba. En cambio, es verdad nunca… pero nunca nos ha gustado ni nos gusta “cargar con el mochuelo”. SALUDOS