MEMBRIO: OCURRIÓ UN DÍA COMO HOY....

OCURRIÓ UN DÍA COMO HOY.

Diego García de Paredes, (Trujillo, Cáceres, España, 30 de marzo de 1468 – Bolonia, Italia, 15 de febrero de 1533). Conocido como El Sansón de Extremadura. Militar español célebre por su extraordinaria fuerza física y sus múltiples hazañas.

Combatió como capitán de infantería en las guerras de Italia, norte de África y Navarra. Duelista invicto en numerosos lances de honor; capitán de la guardia personal del Papa Alejandro VI; condotiero al servicio del Duque de Urbino y de la familia Colonna; coronel de infantería de los Reyes Católicos bajo el mando del Gran Capitán durante la conquista de Nápoles; cruzado del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros; Maestre de Campo del Emperador Maximiliano I, coronel de la Liga Santa y Caballero de la Espuela Dorada al servicio de Carlos V. Fue el soldado español más famoso de la época, admirado por sus contemporáneos como prototipo del valor, la fuerza y la gloria militar.
Diego García, hijo primogénito y legítimo de Sancho Ximénez de Paredes, descendiente del antiguo y noble linaje de los Delgadillo de Valladolid, y de su esposa doña Juana de Torres, noble dama trujillana del linaje de los Altamirano. En los primeros años de su infancia «criose al estruendo de las armas que veía ejercitar a su padre», infundiendo este ejercicio «tanta afición en el noble joven y tantos bríos en las fuerzas, que con la edad cada día crecían», destacando desde sus inicios, pues se dice que «en sus tiernos años vencía a todos los de su edad». Además de practicar estos juegos físicos y militares, Diego García aprendió a leer y escribir, algo inusual en la época para alguien que no se había criado en la Corte, y más aún para un joven inclinado al oficio de las armas.
Fue en las murallas de Cefalonia, donde comenzó realmente la leyenda de Diego García de Paredes: la pujanza de un hombre de fuerzas increíbles resistiendo tres días contra una guarnición de soldados turcos sólo pudo encontrar semejanza en los relatos de las hazañas de Hércules y Sansón; con ellas lo ligó el comentario de la tropa, siendo conocido a partir de ese momento entre los soldados españoles como El Sansón de Extremadura, el gigante de fuerzas bíblicas, y por aliados y enemigos como El Hércules y Sansón de España.
La naturaleza dotó a Diego de un físico hercúleo y cualidades innatas para el ejercicio de las armas. Su extraordinaria fuerza se complementó con la prodigiosa elasticidad de todos sus músculos: no era el gigante pesado, adiposo, patológico, sino el atleta fuerte, corpulento, proporcionado y enjuto.
Nadie en vida fue capaz de vencer al Sansón de Extremadura y la memoria de sus hazañas, que en su tiempo asombraron al mundo, se mantuvieron en las mentes y conversaciones de las tropas españolas. No hay duda de que la leyenda de sus hazañas increíbles le cubrió siempre con un inmenso escudo de respeto entre sus enemigos: tales fueron la admiración, el temor y la desesperación que Diego García de Paredes despertó entre sus rivales que llegó a ganar duelos sin necesidad de batirse.
Murió en el año 1533, debido a unas heridas producidas al caerse del caballo mientras practicaba un acto lúdico de la época. Ironías del destino. Posteriormente su cuerpo se trasladó a Trujillo con su cuerpo lleno de cicatrices de guerra.


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