Navalvillar de Pela volvió a escenificar anoche la devoción por su patrón, San Antón, y el fervor y la fidelidad por la tradición. Y es que la localidad peleña vivió ayer otra noche mágica con su tradicional carrera de 'La Encamisá'. Una fiesta declarada de Interés Turístico Regional y que congregó a cerca de 10.000 personas, entre jinetes e infantería.
Pese a ser ayer día laborable, 'La Encamisá' abarrotó una vez más la localidad de visitantes, muchos llegados desde diversas poblaciones de la comarca, los cuales se vieron arropados por la habitual hospitalidad de los vecinos de Navalvillar de Pela y no dudaron en responder a los vivas que se lanzaban a San Antón, a San Fulgencio o al 'Chiquirrinino'.
Como marca la tradición, el momento más álgido se vivió en una abarrotada plaza de España, poco antes de las ocho de una noche que al final estuvo despejada. Fue entonces cuando el mayordomo de la Cofradía de San Antón Abad, José Antonio Masa, se asomó al balcón por segundo año consecutivo, y desde allí ofreció un emocionado pregón que finalizó con los tres vivas al santo que fueron respondidos con estruendo y con muestras de júbilo por los cientos de sanantoneros que esperaban sobre sus monturas. Los tres vivas sirvieron de señal para iniciar la carrera. Incluso este año hubo vivas para la tamborilera Manuela, cuya presencia ha hecho de esta edición histórica, al ser la primera niña que desempeñaba esta función del tambor del santo.
Noticia del diario Hoy
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Pese a ser ayer día laborable, 'La Encamisá' abarrotó una vez más la localidad de visitantes, muchos llegados desde diversas poblaciones de la comarca, los cuales se vieron arropados por la habitual hospitalidad de los vecinos de Navalvillar de Pela y no dudaron en responder a los vivas que se lanzaban a San Antón, a San Fulgencio o al 'Chiquirrinino'.
Como marca la tradición, el momento más álgido se vivió en una abarrotada plaza de España, poco antes de las ocho de una noche que al final estuvo despejada. Fue entonces cuando el mayordomo de la Cofradía de San Antón Abad, José Antonio Masa, se asomó al balcón por segundo año consecutivo, y desde allí ofreció un emocionado pregón que finalizó con los tres vivas al santo que fueron respondidos con estruendo y con muestras de júbilo por los cientos de sanantoneros que esperaban sobre sus monturas. Los tres vivas sirvieron de señal para iniciar la carrera. Incluso este año hubo vivas para la tamborilera Manuela, cuya presencia ha hecho de esta edición histórica, al ser la primera niña que desempeñaba esta función del tambor del santo.
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