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MEMBRIO: OCURRIÓ UN DÍA COMO HOY....

OCURRIÓ UN DÍA COMO HOY.

Alonso de Ercilla y Zúñiga. (Madrid, 7 de agosto de 1533 - Madrid, 29 de noviembre de 1594). Fue un poeta y soldado español, conocido principalmente por ser el autor de La Araucana.

Sus padres Fortún García de Ercilla, jurista del Consejo Real, y Doña Leonor de Zúñiga. Sexto y menor de los hijos, cuando tenía apenas un año, muere su padre. Doña Leonor tratará de sacar adelante a su familia y se desplaza a los distintos señoríos en los que puede recibir rentas (Bermeo, Nájera, Bobadilla). La situación económica se agrava al ser despojada por una discusión sobre su patrimonio en 1545, al tiempo que su hijo mayor muere en Madrid. Casi en la pobreza destina su segundo hijo a la Iglesia y solicita el favor de Carlos V. El emperador la asigna al servicio de la infanta doña María y a su hijo Alonso, como paje al servicio del príncipe Felipe en su viaje por otros estados del imperio. Desde Valladolid (1548) recorre Barcelona, Génova, Milán, Trento, Innsbruck, Munich, Ulm, Luxemburgo, Bruselas y Augsburgo. Regresa a España en 1551 y, reside en Valladolid, estancia decisiva, de acuerdo con la crítica, para la redacción de La Araucana pues le permite ser testigo presencial de las apasionadas confrontaciones entre Sepúlveda y Las Casas sobre el conflictivo tema de la guerra justa.
Viaja a Viena para acompañar a su madre y hermanas en el séquito de Doña María y regresa al cabo de tres años como paje del príncipe, a quien acompañará a Inglaterra con motivo de su matrimonio con la reina María. Algunos autores (Medina) señalan que estuvo en Flandes, si bien habría llegado a Londres con el séquito del príncipe cuando se recibió la noticia del levantamiento de Hernández Girón en Perú y la terrible muerte de Valdivia en Chile a manos de los araucanos.
El príncipe Felipe, durante su estancia en Inglaterra, nombra a D. Andrés Hurtado de Mendoza virrey del Perú y a D. Jerónimo de Alderete, gobernador de Chile. Su objetivo principal era someter la insurrección de Hernández Girón. Ercilla, con licencia del príncipe, se alista en las filas que parten desde Cádiz (1555) rumbo a las Indias. Alderete muere de fiebres en la isla de Taboga y Ercilla continúa el viaje hasta Perú donde llega en 1556. Se hospeda en el palacio virreinal cuya sede es ocupada por el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza. Según Medina, decidirá, tras la derrota de Hernández Girón, alistarse en la expedición de castigo contra los araucanos al mando del hijo del gobernador de Chile, don García (febrero, 1557). Tras pasar por La Serena, llegan a Concepción el 28 de junio, después de haber sufrido una tempestad. A partir de este momento la biografía de Ercilla se completa con los datos que él mismo refiere en La Araucana.

Génesis de la Araucana
En 1556 llega al Perú y acompaña a García Hurtado de Mendoza, el recién nombrado gobernador y capitán general de Chile, donde se habían sublevado los araucanos. Estuvo en Chile diecisiete meses, entre 1557-1559 y conoció a don Francisco Pérez de Valenzuela. Participó en las batallas de Lagunillas, Quiapo y Millarapue, siendo testigo de la muerte de Caupolicán, protagonista de su poema: La Araucana, poema épico de exaltación militar en 37 cantos, donde narra los hechos más significativos de la guerra de Arauco contra los araucanos (mapuches) y que empezó a escribir en campaña. En marzo de 1558 don García fundó la ciudad de Osorno y cuando se realizaba una fiesta en la nueva ciudad en la que participaban todos sus vecinos salió ese día don García por una puerta falsa de su casa cubriendo el rostro con un casco de visera cerrado acompañado de Alonso de Ercilla y Pedro Olmos de Aguilera, cuando de improviso se incorporó Juan de Pineda, quien estaba enemistado con Alonso de Ercilla por rencillas anteriores y en un momento dado ambos sacaron espadas produciéndose un confuso incidente. Don García se percató de la situación y arremetió contra el más exaltado que era Alonso de Ercilla y lo derribó con un golpe de maza. Malherido Alonso de Ercilla corrió a una iglesia y buscó asilo. El gobernador mandó encarcelarlos y degollar a ambos contendientes al día siguiente. La vecindad y muchas personas influyentes considerando injusta la condena y trataron de persuadir a don García Hurtado y Mendoza pero los preparativos para la ejecución prosiguieron y la esperanza de salvarlos estaba perdida. Entonces dos mujeres, una española y otra india se acercaron a la casa de don García y se introdujeron por la ventana y por medio de súplicas lograron conmover el duro corazón del gobernador quien perdonó la vida a los sentenciados. Alonso de Ercilla siguió preso tres meses más y luego fue desterrado al Perú.
Escribiría don Alonso en su épico poema La Araucana respecto de este serio incidente:

Ni digo cómo al fin por accidente
del mozo capitán acelerado
fui sacado injustamente
a la plaza a ser públicamente degollado;
ni la larga prisión impertinente
donde estuve tan sin culpa molestado
ni mil otras miserias de otra suerte,
de comportar más grave que la muerte

Alonso de Ercilla

Muerte
Después de residir en el Perú, regresa a España en 1562, donde publicó su gran obra (1569), dedicada a Felipe II. Fue nombrado gentilhombre de la corte y caballero de Santiago en la villa de Uclés, tras lo cual participó en diversas acciones diplomáticas. En 1570 casó con María de Bazán y se instaló en Madrid, donde terminó la parte segunda (1578) y tercera de su poema (1589). Ercilla usa la palabra araucano como gentilicio de la palabra en mapudungun rauko (tierra gredosa). Sus restos reposan en el Convento de San José situado en la ciudad de Ocaña en Toledo. El convento se halla habitado por carmelitas descalzas. Sus restos estuvieron varios siglos bajo el altar en una cripta donde se enterraban las propias monjas, pero fueron trasladados a la iglesia anexa al monasterio para que pudiesen ser visitados con más facilidad.