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MEMBRIO: Nosotros de D. AURELIO, tenemos dos recuerdos imborrables:...

Pues seguro que sí, como no lo habria de besar. Me está recordando cuando iban a misa con su velo y su misal con su Madre, que era muy piadosa, y a las ceremonias religiosas que se celebrasen alli estaban. Incluso en la capilla de Casillas, ahora estamos recordando, cuando estuvimos con Agustin Bodes Cristobal, padrino de mi mujer, la misa del gallo que alli se celebraba y que ivan toda la gente que alli trabajaba y el cura D. Aurelio les daba una copita de anis a las señoras y una de coñac a los hombres y luego estaban toda la noche cantando villancicos. Y decia él que no recordaba unas noches buenas mejorores que esas.
Saludos.

Nosotros de D. AURELIO, tenemos dos recuerdos imborrables: el día dela accidente en el que perdió uno o dos dedos, ya que el primer lugar de visitar fue la casa de nuestros padres... Y de una cosa que casi nadie cree; pero nosotros las hemos vivido... cuando se celebraban TRES MISAS JUNTAS o SIMULTÁNEAS en la iglesia -entonces se oía la misa leyendo el misal- y nos tocó más de una vez ayudar a D. Aurelio. Era los tiempos de D. Francisco Müguiro el cura de "Parral" (muy simpático y buena persona) que se fué a Latinoamérica... y vino a oficiar o "decir" misas; y que por cierto: nos han dicho que ha venido estas Navidades a España. Y ahora si nos descuidamos no tenemos ni una. Aquí si que se haría presente "J. L. Bernal" tu amigo Heráclito, que puede ser que lo... puede ser que lo volvamos a ver pronto en "Los Museos del Vaticano"... si es que vamos a la excursión proclamada en el pueblo y promovida por el copárroco D. Miguel Ángel enseguida después de la Semana Santa. Lo del coñac para los hombres y el anis para las mujeres era muy común en la sociedad de antes. Y por supuesto... por lo que hemos ido, las Nochebuenas en los Cortijos eran formidables... como en el pueblo también. SALUDOS.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
ADP, en casa de mis suegros, D. Aurelio era muy querido y la visitaba con mucha frecuencia, ya que los apreciaba mucho. Por el tiempo de las setas, D. Aurelio que era gran conocedor recogia criadillas y trufas, las llevaba a nuestra casa y preparaba en una sarten con aceite y sal en un momento a la lumbre, como buen vasco buen cocinero. Estaban exquisitas.
Según mi suegro era un hombre muy bueno, de los mejores que habia conocido, y que sin él Casillas no hubiese sido la misma.
Saludos.