Hola Loren, te saludo especialmente a ti por lo que te toca del Santoral y porque hacía tiempo que no te saludaba. Un abrazo para LOLI.
Hoy día 12 de octubre, sinceramente no tengo mucho que celebrar. Con independencia de que a este día se le haya dotado de otros ingredientes loables que motivan su festividad, como es la fiesta del Pilar, patrona de la Guardia Civil; no pasa desapercibida la fecha histórica del 12 de octubre de 1492. Sobre este asunto me quedo con las palabras de Pablo Neruda (en Confieso que he vivido), que como si de un símil ajedrecístico se tratara, da a entender que el resultado de esta jugada histórica quedó en tablas y que muy bien se puede simplificar con la frase “se llevaron el oro y nos dejaron el oro”
Transcribo lo que quiero trascribir de Neruda y lo volveré a releer a la espera de ver pasar algún avión por los tejados de Tres Cantos, camino de la Castellana, aunque desconozco si lo tienen programado.
“
…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.”
QUE TENGÁIS TODOS UN BUEN DÍA
Hoy día 12 de octubre, sinceramente no tengo mucho que celebrar. Con independencia de que a este día se le haya dotado de otros ingredientes loables que motivan su festividad, como es la fiesta del Pilar, patrona de la Guardia Civil; no pasa desapercibida la fecha histórica del 12 de octubre de 1492. Sobre este asunto me quedo con las palabras de Pablo Neruda (en Confieso que he vivido), que como si de un símil ajedrecístico se tratara, da a entender que el resultado de esta jugada histórica quedó en tablas y que muy bien se puede simplificar con la frase “se llevaron el oro y nos dejaron el oro”
Transcribo lo que quiero trascribir de Neruda y lo volveré a releer a la espera de ver pasar algún avión por los tejados de Tres Cantos, camino de la Castellana, aunque desconozco si lo tienen programado.
“
…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.”
QUE TENGÁIS TODOS UN BUEN DÍA
hola amigo me has pillado leyendo algo asin.
Breve diálogo entre el teólogo brasileño Leonardo Boff y el Dalai Lama
Leonardo Boff: En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual ambos (yo y el Dalai Lama) participábamos, yo, maliciosamente, más también con interés teológico, le pregunté en mi inglés defectuoso:
“Su Santidad, ¿Cual es la mejor religión?” (Your holiness, what’s the best religion?)
Esperaba que dijera: “El budismo tibetano” o “las religiones orientales mucho más antiguas que el cristianismo…”
El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos, lo que me desconcertó un poco porque yo sabía la malicia contenida en la pregunta, y afirmó:
“La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al infinito. Es aquella que te hace mejor.”
Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté:
“ ¿Qué es lo que me hace mejor?”
Él respondió:
“Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético… La religión que consiga hacer eso de ti, es la mejor religión.”
Callé maravillado, y hasta el día de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutable.
No me interesa, amigo, tu religión o si tienes o no tienes religión.
Lo que realmente me importa es tu conducta delante de tu semejante, de tu familia, de tu trabajo, de tu comunidad, delante del mundo.
Recordemos: “El Universo es el eco de nuestras acciones y nuestros pensamientos”.
La ley de acción y reacción no es exclusiva de la Física. Es también de las relaciones humanas. Si yo actúo con el bien, recibiré el bien. Si actúo con el mal, recibiré el mal. Aquello que nuestros abuelos nos dijeron es la más pura verdad: “tendrás siempre el doble de aquello que deseares a los otros”.
Ser feliz no es cuestión de destino. Es cuestión de elección.
nos vemos si todo es posible pronto, bona nit zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
Breve diálogo entre el teólogo brasileño Leonardo Boff y el Dalai Lama
Leonardo Boff: En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual ambos (yo y el Dalai Lama) participábamos, yo, maliciosamente, más también con interés teológico, le pregunté en mi inglés defectuoso:
“Su Santidad, ¿Cual es la mejor religión?” (Your holiness, what’s the best religion?)
Esperaba que dijera: “El budismo tibetano” o “las religiones orientales mucho más antiguas que el cristianismo…”
El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos, lo que me desconcertó un poco porque yo sabía la malicia contenida en la pregunta, y afirmó:
“La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al infinito. Es aquella que te hace mejor.”
Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté:
“ ¿Qué es lo que me hace mejor?”
Él respondió:
“Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético… La religión que consiga hacer eso de ti, es la mejor religión.”
Callé maravillado, y hasta el día de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutable.
No me interesa, amigo, tu religión o si tienes o no tienes religión.
Lo que realmente me importa es tu conducta delante de tu semejante, de tu familia, de tu trabajo, de tu comunidad, delante del mundo.
Recordemos: “El Universo es el eco de nuestras acciones y nuestros pensamientos”.
La ley de acción y reacción no es exclusiva de la Física. Es también de las relaciones humanas. Si yo actúo con el bien, recibiré el bien. Si actúo con el mal, recibiré el mal. Aquello que nuestros abuelos nos dijeron es la más pura verdad: “tendrás siempre el doble de aquello que deseares a los otros”.
Ser feliz no es cuestión de destino. Es cuestión de elección.
nos vemos si todo es posible pronto, bona nit zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz