Buenos dias amigos, por aqui el tiempo mas de lo mismo, y con un "poquinino" de frio. Siguiendo la lectura de los mensajes donde los quede anoche, varios foreros relatan como D. Ricardo, usaba las manos para otros fines menos productivos que no fuese el de las palizas. El que les escribe las provo con toda su crudeza, tan solo una vez, pero dificil de olvidar. En otra ocasion, estando jugando al deporte rey en el palacio, paso D. Ricardo direcion al bar de Machado, nos llamo a todos los que en ese momento estabamos jugando, todos a una fuimos corriendo, a su llamada, y señalando a su flamante R-6 verde aceituna nos aviso que si a su vuelta de la ronda encontraba o veia algun rasguño en el coche, nos cortaba uno a uno nuestro organo sexual, al escuchar con esa voz ronca dicha amenaza, todos los alli presentes decidimos seguir nuestro partido de futbol en el cerro. Eran otros tiempos, y otra disciplina. SAludos y buen dia para todos
hola, es que no puedo, no puedo dejar de comentar lo que habéis contado de ese maestro, dios mio cuanta maldad. le hace eso a un hijo mio y le estoy pegando patas asta en el carnet de identidad, ¡y vuestros padres donde estaban ¡. lo siento que hayáis tenido que sufrir tanto, como se puede ser tan malo es que me cuesta de entender que un maestro que tiene que educar a esos niños pueda ser tan cafre. un saludo. pepi
No se quien eres, me dirijo a ti y lo hago extensivo a todos los foreros que han escrito sobre Don Ricardo (q e d).
-En primer lugar no estoy de acuerdo y discrepo efusivamente de todas las personas que utilizan la agresividad y la violencia para conseguir ciertos fines, ya sea educadores, padres o esposos.
- Yo tuve la suerte de conocer a D Ricardo, mucho antes de estar en Membrío (Cuando estaba en Carbajo) yo sentía que me apreciaba y buscaba mi educación en todos los valores y que conste que no padezco síndrome de Estocolmo.
-No me acuerdo que me pegara nunca, si me echó algunas veces de clase en compañía de mi amigo J. L Maldonado porque no atendíamos y él lo que quería era que aprendieramos.
-Soy maestra, las personas que me conocen, creo que no me consideran agresiva, mi padre jamás me pegó, pero mi madre algún que otro tirón de trenzas me daba y sin embargo no estoy traumatizada, los quiero un montón, estas cosas no estaban mal vistas en aquella sociedad, era casi normal.
-No se pueden analizar los acontecimientos fuera de lugar y de tiempo y sin que esa persona se pueda defender (porque falleció) porque la sociedad y la forma de ver las cosas actualmente, son completamente al revés que ahora. (Ahora los alumnos pegan a los profesores y no pasa nada).
-A ti por lo que se deduce en tus palabras, también te gusta el maltrato (le estoy pegando patadas hasta en el carnet de identidad) ¿Por qué no hablar con él?
-Creo que es más gratificante el perdonar que el guardar rencor. Acordarse de lo bueno de esas personas (digo yo que algo bueno verían en él nuestros padres cuando nos pusieron en esas clases) y olvidar lo malo (no sabemos los motivos ni las circunstancias ambientales y psiquicas que le indujeron a ello).
-No me parece bien que en este foro se saquen estos "trapos sucios" de las personas, cada uno y cada familia, tiene su propia historia y no sería de buen gusto, airearlas aquí.
- Pese a quien le pese:
Gracias D Ricardo por todo lo que me enseñastes,
Tu nos guiastes en los primeros pasos de la enseñanza a algunos maestros que a la vez hemos realizado nuestra docencia con MUCHO CARIÑO hacia nuestros alumnos
-En primer lugar no estoy de acuerdo y discrepo efusivamente de todas las personas que utilizan la agresividad y la violencia para conseguir ciertos fines, ya sea educadores, padres o esposos.
- Yo tuve la suerte de conocer a D Ricardo, mucho antes de estar en Membrío (Cuando estaba en Carbajo) yo sentía que me apreciaba y buscaba mi educación en todos los valores y que conste que no padezco síndrome de Estocolmo.
-No me acuerdo que me pegara nunca, si me echó algunas veces de clase en compañía de mi amigo J. L Maldonado porque no atendíamos y él lo que quería era que aprendieramos.
-Soy maestra, las personas que me conocen, creo que no me consideran agresiva, mi padre jamás me pegó, pero mi madre algún que otro tirón de trenzas me daba y sin embargo no estoy traumatizada, los quiero un montón, estas cosas no estaban mal vistas en aquella sociedad, era casi normal.
-No se pueden analizar los acontecimientos fuera de lugar y de tiempo y sin que esa persona se pueda defender (porque falleció) porque la sociedad y la forma de ver las cosas actualmente, son completamente al revés que ahora. (Ahora los alumnos pegan a los profesores y no pasa nada).
-A ti por lo que se deduce en tus palabras, también te gusta el maltrato (le estoy pegando patadas hasta en el carnet de identidad) ¿Por qué no hablar con él?
-Creo que es más gratificante el perdonar que el guardar rencor. Acordarse de lo bueno de esas personas (digo yo que algo bueno verían en él nuestros padres cuando nos pusieron en esas clases) y olvidar lo malo (no sabemos los motivos ni las circunstancias ambientales y psiquicas que le indujeron a ello).
-No me parece bien que en este foro se saquen estos "trapos sucios" de las personas, cada uno y cada familia, tiene su propia historia y no sería de buen gusto, airearlas aquí.
- Pese a quien le pese:
Gracias D Ricardo por todo lo que me enseñastes,
Tu nos guiastes en los primeros pasos de la enseñanza a algunos maestros que a la vez hemos realizado nuestra docencia con MUCHO CARIÑO hacia nuestros alumnos
PAsun. Yo sobre este tema no quisiera haber escrito. Lo he hecho, porque no apetece que se banalice sobre ciertas cosas. Me parece muy bien tu defensa a ultranza, de quien para ti, fue un ejemplo de virtudes morales y pedagógicas. Te reconozco, tal defensa, más que otra cosa porque de bien nacido es ser agradecido. No puedo agradecerte, obviamente, tu falta de sensibilidad para con el dolor ajeno. Pero estarás conmigo, que el concepto que tiene la historia de Benito Mussolini, no cambiará, por mucho que leamos las defensas que de él, hipotéticamente, hiciera Clara Petacci. Nada es verdad ni mentira. Los hechos son sagrados; las interpretaciones, libres. Me hubiese gustado hablar con él, y preguntarle simplemente ¿Por qué? Pero no tuve tiempo. Como no tuve tiempo de preguntarme más cosas. Es verdad, reitero, que no fui buen estudiante, tampoco fui mujer, y, por desgracia no conocí al doctor Jekyll. Hubiese dado cualquier cosa por conocerle. Y creo que este tema debería olvidarse. Me deprime. Un beso. PC
