A mí, amigo BODES, se me hace difícil ver alegrías donde sólo percibo tristezas. Sin embargo, son ellas, las que me inspiran hacia la trascendencia. Eso depende mucho de la forma de ser de cada uno; de sus creencias. Uno tiene el recuerdo lleno de pasajes. Algunos pasajes perduran más en el tiempo, y sus hechos se contraponen -como la vida misma-, se entrelazan: van las tristezas, vienen las alegrías; viene el frío, se va el calor; viene la tempestad y después amaina. Otros, son pasajes fugaces. Pasajes fugaces de tu infancia, que quedan grabados para siempre como un solo acto en el tiempo. Soy muy respetuoso, con lo que piensan y sienten otros, aunque no concuerde con lo que yo perciba. Admiro a esas personas que, en su profunda convicción, se aferran a la fe, en la idea de que disfrutarán en el más allá, junto a los suyos, de esa alegría infinita, que aquí se les negó. Yo, percibo, que dejaré de ser, cuando ella venga. Entonces, dejaré de amar, de soñar, de recordar. Por eso, es la memoria la que se encarga de mantener vivo en mí lo que quise; y es ella, la que, selectiva, abandona lo tétrico o desagradable. Creo, firmemente, que dejaré de amar, cuando deje de recordar. Como ejemplo, y perdona el rollo, he ahí mi sensación ante la ausencia de alguien a quien sigo queriendo. Gracias. Un saludo. PC
MI AMOR POR TI
Cuando la paz encuentre la luz infinita
en la oscura y maldita estancia angosta;
cuando la herida más grande sea imperceptible
y los llantos se pierdan en el olvido perfecto;
cuando poco me importe que estés o no conmigo,
donde siempre soñamos y nunca pudimos;
cuando nada sienta si los locos fluviales
anegan los campos o inundan los trigos;
cuando seamos nada que envuelve silencio
y sea éste, el más profundo laberinto.
Entonces, amor mío, mi amor por ti, habrá fenecido
PC
MI AMOR POR TI
Cuando la paz encuentre la luz infinita
en la oscura y maldita estancia angosta;
cuando la herida más grande sea imperceptible
y los llantos se pierdan en el olvido perfecto;
cuando poco me importe que estés o no conmigo,
donde siempre soñamos y nunca pudimos;
cuando nada sienta si los locos fluviales
anegan los campos o inundan los trigos;
cuando seamos nada que envuelve silencio
y sea éste, el más profundo laberinto.
Entonces, amor mío, mi amor por ti, habrá fenecido
PC