Una procesión entrañable, MEMBRIO

(25 de Marzo de 2012)
Aunque la saeta tiene su origen en Andalucía, con menor abundancia, se pueden ver en otras Semana Santa de España, como aquellas de Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla León.
Las saetas cuando se cantan van dirigidas a las imágenes de la Procesión, el tema de sus letras por lo general, es la pasión y muerte de Jesucristo, y siempre se interpretan sin acompañamiento.
Poco a poco la costumbre de cantarlas se extendió por el pueblo llano que la aflamencaron, adoptándola a su propio estilo para expresar profundos sentimientos, de este modo la saeta se transformó en una copla de cuatro o cinco versos octosílabos cantada por martinetes o seguiriyas, palos que por su jondura casaron bien con el tono de la pasión de Cristo.
El origen de la saeta es incierto aunque se sabe que nació como un cántico popular cuya intención era incitar a la devoción y a la penitencia. Las primeras saetas tenían una entonación grave, pausada y monótona con una ejecución sencilla.
Pasos con figuras dolorosas que se mueven al son de los cofrades entre miles de velas que dejan en el ambiente un olor a cera santa, silencio, oración y de vez en cuando desde lo alto de un balcón, una saeta.