Poco o nada se sabe de la
historia de esta alquería hurdana, su nombre si bien puede tener cierta relación con la población judía, aunque esto más que un hecho real es más bien una leyenda ya que no hay constancia de la presencia judía en la zona.
Estuvo en manos de la Alberca varios siglos, a la que tenían sus habitantes que rendir tributo.
En 1.833 La Alberca pierde sus dominios de todas Las Hurdes altas, dejándolas en una situación calamitosa.
Junto con
Fragosa Y
El Gasco, fueron las alquerías más aisladas de la región hurdana.
Hoy en día esta alquería puede ser un potencial turistico, aunque se tiene que desarrollar iniciativas.