Inscripciones latinas de Ibahernando
A falta de nuevos datos arqueológicos, nada se sabe de la posible existencia de restos prerromanos dentro de la llamada cultura castreña, cabiendo hablar más bien de la profunda romanización1 del territorio y su gente, los vetones, en torno a la fundación de dos ciudades estratégicas: la Colonia Iulia Augusta Emerita y Turgalium, la actual Trujillo. Para su estudio, se cuenta al menos desde finales del siglo XIX2 con la inestimable ayuda de uno de los cuatro catálogos epigráficos más numerosos y ricos de la provincia, siendo la población que más inscripciones romanas ha aportado hasta el momento a los fondos del Museo de Cáceres. 3
Destaca también el enorme contrapeso cilíndrico de un lagar oleario tardorromano ubicado en la dehesa de Magasquilla y similar a los encontrados en «los Cotos» (Puerto de Santa Cruz) o Santa Cruz de la Sierra, lo que confirmaría que este tipo de explotaciones se concentraban —igual que hoy— en torno a los cerros de estas localidades. 4 La mayoría fueron abandonadas durante la invasión musulmana, para ser posteriormente ocupadas por nuevos colonos procedentes de los reinos castellano y leonés, quienes levantarán en sus proximidades pequeñas ermitas bajo la advocación de diferentes vírgenes y santos del culto cristiano. 5
Tan elevado número de restos arqueológicos y, sobre todo, epigráficos romanos, permite hablar de una importante base demográfica que se mantendrá estable hasta bien entrada la Alta Edad Media.
A falta de nuevos datos arqueológicos, nada se sabe de la posible existencia de restos prerromanos dentro de la llamada cultura castreña, cabiendo hablar más bien de la profunda romanización1 del territorio y su gente, los vetones, en torno a la fundación de dos ciudades estratégicas: la Colonia Iulia Augusta Emerita y Turgalium, la actual Trujillo. Para su estudio, se cuenta al menos desde finales del siglo XIX2 con la inestimable ayuda de uno de los cuatro catálogos epigráficos más numerosos y ricos de la provincia, siendo la población que más inscripciones romanas ha aportado hasta el momento a los fondos del Museo de Cáceres. 3
Destaca también el enorme contrapeso cilíndrico de un lagar oleario tardorromano ubicado en la dehesa de Magasquilla y similar a los encontrados en «los Cotos» (Puerto de Santa Cruz) o Santa Cruz de la Sierra, lo que confirmaría que este tipo de explotaciones se concentraban —igual que hoy— en torno a los cerros de estas localidades. 4 La mayoría fueron abandonadas durante la invasión musulmana, para ser posteriormente ocupadas por nuevos colonos procedentes de los reinos castellano y leonés, quienes levantarán en sus proximidades pequeñas ermitas bajo la advocación de diferentes vírgenes y santos del culto cristiano. 5
Tan elevado número de restos arqueológicos y, sobre todo, epigráficos romanos, permite hablar de una importante base demográfica que se mantendrá estable hasta bien entrada la Alta Edad Media.