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CORIA: LA INQUISICIÓN PONTIFICIA...

LA INQUISICIÓN PONTIFICIA

1.- El delito de herejía.
2.- La legislación civil contra la herejía.
3.- El por qué histórico del nacimiento de la Inquisición Pontificia.
4.- Los procedimientos de la Inquisición.

5.-La responsabilidad de la Iglesia.

.1.-EL DELITO DE HEREJÍA.

Difícilmente se podrá comprender la persecución de los herejes llevada a cabo tanto por las autoridades civiles, como religiosas de la edad media si no partimos del hecho de que la herejía y los herejes fueran considerados por ambos poderes, como uno de los males mayores que podrían caer sobre la sociedad en que ésta nació: el grave delito de herejía.
¿Qué se entendía por herejía y qué por hereje?
Para la Iglesia católica la herejía es una creencia contraria a cualquier verdad revelada.
Hereje es todo aquel bautizado que mantiene de forma pertinaz creencias distintas a las de la Iglesia
La Enciclopedia Teológica precisa: “Según el canon de 1325 se considera como hereje a un bautizado que quiere mantener el nombre de cristiano, pero niega o pone pertinazmente en duda una verdad que debe aceptarse con fe divina y católica. El hereje no renuncia a toda la verdad de la fe católica, a diferencia del apóstata.”
Estamos viendo como a través de los siglos han venido apareciendo no pocas herejías en el seno de la Iglesia católica. La actitud de la Iglesia con los herejes fue siempre la de la condena de los mismos, sirviéndose de concilios locales, o universales; pero la condena en los primeros siglos de los herejes era la de su exclusión de la Iglesia mediante la excomunión y otras penas canónicas, no se aplicaban castigos materiales.

Llegó un momento, sin embargo, en el que la herejía fue considerada como un delito, algo que iba en contra, no sólo de las enseñanzas de la Iglesia, sino también contra las leyes civiles, a partir de esta consideración la persecución y castigo del hereje se llevaba a cabo por la autoridad civil, aplicándole un castigo de orden material, propio de la autoridad civil, que podía llegar incluso a la pena de muerte.
¿Por qué y cómo la herejía llegó a ser considerada como un delito? Las causas de tal cambio fueron varias:
La primera la difusión de la religión católica que terminó por ser la única en toda Europa, siendo la principal causa de la unidad de sus pueblos.
La segunda, la unión entre la Iglesia y el poder civil que llegaron a confundirse de tal modo, que los reyes y poderes públicos consideraron que los asuntos de la Iglesia les competían también a ellos, entre otros la defensa de la Iglesia y de la fe, y los papas que los asuntos temporales eran también algo que también les afectaba a ellos, terminando por considerarse la autoridad suprema de la sociedad., tanto en lo material como en lo espiritual.
La tercera, la valoración que se hacía de la salvación eterna, ésta era el mayor bien, de tal forma que por alcanzarla debía ponerse en juego hasta la propia vida. El hereje, según se creía, ponía en peligro no sólo la salvación de su alma, sino también la de todos aquellos que le siguieran.
La cuarta, la idea de que los males que a la Iglesia y a la sociedad cristiana le sobrevenían: guerras entre los países cristianos, victoria de los enemigos del cristianismo, enfermedades, pestes, etc. etc. eran un castigo que Dios mandaba a los cristianos por sus pecados y especialmente por permitir las herejías, nacidas en su seno.
La quinta la politización de las herejías que promovían numerosas revueltas del pueblo por causa de la utilización de las mismas, por reyes, señores feudales, para sacar ventajas sociales.
La sexta la implantación del Derecho Romano, en varios países cristianos especialmente en los territorios del imperio germánico, a partir de la fundación por el emperador Federico II de la universidad de Bolonia en el siglo XII, que puso el Derecho Romano como materia central de su enseñanza, este derecho castigaba incluso con la muerte el delito de impiedad o herejía religiosa, tal como ocurrió en la Roma Imperial, siendo empleada durante tres siglos contra la Iglesia naciente.

2.-LA LEGISLACIÓN CIVIL CONTRA LA HEREJÍA.

Desde el punto de vista histórico es evidente que la persecución contra los herejes no arrancó de los papas, sino de los príncipes seculares. No del Derecho Canónico sino del Derecho Civil.

Ya desde la época romana varios emperadores como Diocleciano, Constantino, Teodosio se ocuparon de perseguir a los herejes, especialmente a los maniqueos. También los emperadores de Oriente, así en el siglo IX Alejo Conmeno, al final de su reinado en el 1118, mandó buscar a Basilio jefe de los bogomilos, castigándolo a la hoguera y a sus discípulos a la cárcel.
En Occidente el 1023 por mandato del Rey Roberto de Francia, fueron quemados trece eclesiásticos acusados de maniqueos.
En Alemania los herejes eran ahorcados, así el 1052, el Emperador Enrique III, mandó ahorcar a un grupo de cátaros.
En Inglaterra el rey Enrique II habiendo sabido que había aparecido un grupo de cátaros, mandó que los marcasen la frente con un hierro ardiente, ordenando que nadie les diera alojamiento, por lo que terminaron muriendo de frío.
Pedro II el rey de Aragón mostró un rigor bárbaro contra los Valdenses. Contándose por miles los que exterminó.
De Felipe Augusto de Francia sabemos que hizo quemar a ocho cátaros en Troyes el año 1200, uno en Nevers el año 1201, otros muchos en 1204, y obrando como rey “cristianísimo y católico,” hizo quemar a todos los discípulos de Amaury de Chartres, hombres, mujeres, clérigos y laicos.
Basten estos ejemplos para evidenciar cómo las autoridades civiles se adelantaron a las eclesiásticas en el castigo a los herejes.
Los cronistas medievales refieren muchos casos en que el pueblo exigía la muerte del hereje, y no permitía que las autoridades se mostrasen condescendientes con ellos, por ejemplo Guillermo Nogent cuenta que en Soissons fueron descubiertos algunos herejes, el obispo Lisiardo no sabiendo qué hacer, pidió consejo al concilio de Beauvais, en su ausencia, el pueblo asaltó la cárcel, sacó fuera de la ciudad a los herejes y los abrasó entre llamas.

3-EL POR QUÉ HISTÓRICO DEL NACIMIENTO DE LA INQUISICIÓN PONTIFICIA.

La Inquisición Pontificia fundada por el papa Gregorio IX, era aquella que dependía directamente de la Santa Sede, quien encargó a los dominicos que en su nombre juzgasen y sentenciasen a los herejes, de acuerdo con las ordenanzas emanadas del papa.
¿Qué fue lo que movió al papa Gregorio IX a ocuparse directamente del delito de herejía?
Si el papa se decidió a la creación del Tribunal extraordinario dependiente de él, fue movido por la actuación del emperador Federico II quien en 1220 publicó una constitución en la que se atribuyó el derecho de perseguir a los herejes. Federico alude en sus decretos “a la plenitud del poder” “al origen divino de su autoridad” a su misión de proteger a la Iglesia” y afirma que “el sacerdocio y el sacro romano imperio tienen el mismo origen divino e idéntica significación”. Cualquiera creería que al astuto monarca le movía el más puro celo religioso, cuando en realidad sus fines eran políticos, además de la razón de orden público y la avaricia del dinero. Conforme a estos principios, en marzo de 1224 condenó a todos los herejes de Lombardía a ser quemados vivos o, al menos, a que se les cortase la lengua.
Ante estas actuaciones Gregorio IX en febrero de 1231 se decide a crear el Tribunal. Como dice Mons. Douais, Gregorio IX al instituir el tribunal de la inquisición trabajó por la civilización, ya que para proteger al hereje, la Iglesia no tenía más que un medio: juzgarlo ella misma. Por la misma razón había afirmado Menéndez y Pelayo, al tratar de los decretos y leyes de Pedro el Católico contra los herejes, que la Inquisición, era un evidente progreso al lado de semejante legislación.

4.- LOS PROCEDIMIENTOS DE LA INQUISICIÓN.

De forma general está históricamente demostrado que la Iglesia al instituir la Inquisición dio forma jurídica a los juicios contra los herejes, librándolos de las condenas dictadas tras juicios sumarísimos, por la autoridad civil, así como de los linchamientos por parte del pueblo.
La historia demuestra, igualmente, que los tribunales de la Inquisición fueron los más equitativos, suponiendo un progreso en la legislación penal.
La Inquisición medieval evitó con el juicio y condena de las herejías, mortandades y revoluciones sangrientas que habrían surgido en Europa por efecto del caos religioso.
En cuanto a las condenas a muerte dictadas por el tribunal de la Inquisición, según Mons. Duoais en los autos de fe habidos en el espacio de quince años de 1308 a 1323, el inquisidor Bernardo Gui, pronunció 930 sentencias, de las cuales 42 fueron de pena capital, las absoluciones con libertad inmediata 139, y los condenados a cárcel 307, de las penas restantes, varias de las cuales podían recaer en la misma persona, la mayoría eran penitencias como peregrinar a Tierra Santa, luchar contra los sarracenos, o llevar cruces distintivas en el vestido.