A redoblar muchachos que la noche
nos presta sus camiones
y en su espalda de balcones
y zaguán, nos esperan,
nos esperan otros redoblantes,
otra voz, harta de sentir,
la mordedura del dolor.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
A redoblar muchachos la esperanza.
Que su latido insista
en nuestra sangre
para que ésta nunca olvide su rumbo.
Porque el corazón no quiere
entonar más retiradas.