Acuérdate de la hora
en que te nombró Jesús,
mi Madre y mi protectora
desde el árbol de la cruz.
Sálvame, Virgen María...
en que te nombró Jesús,
mi Madre y mi protectora
desde el árbol de la cruz.
Sálvame, Virgen María...
No he nacido para el suelo,
que es morada de dolor.
Yo he nacido para el cielo,
yo he nacido para Dios.
Sálvame, Virgen María...
que es morada de dolor.
Yo he nacido para el cielo,
yo he nacido para Dios.
Sálvame, Virgen María...
Tengo un alma que no muere;
tengo un alma que salvar;
si al morir se me perdiere,
¡Ay de mí!, perdida está.
Sálvame, Virgen María...
tengo un alma que salvar;
si al morir se me perdiere,
¡Ay de mí!, perdida está.
Sálvame, Virgen María...