Sentada en un
rincón de mi vida, viendo pasar a las personas, me di cuenta que mientras yo lloraba por mis heridas pasadas y por el daño que otros me hicieron, el resto del mundo seguía girando.
Que mientras yo me quejaba por mis errores y suspiraba por mis pérdidas, el mundo seguía girando.
Que mientras yo me lamentaba por lo que no pudo ser, por los amores perdidos, por el tiempo desaprovechado, por los viajes sin hacer, por las
comidas sin probar, el mundo seguía girando.
Que los demás
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