Si, por ejemplo Adolf Hitler no se hubise suicidado y aún estuviera vivito y coleando disfrutando de
una vejez apacible en algún cortijo de los Llanos de Olivenza o de Tierra de Barros, por decir alguna comarca extremeña, ese monstruo, hoy sería inmensamente rico percibiendo los derechos de autor que le habrían proporcionado el que solamente hubiese patentado los conceptos nazi, holocausto, fascista, cámara de gas, Auschwitz y algún que otro más relativo a la mayor tragedia que la Humanidad ha conocido hasta ahora.
Habría percibido derechos de autor cada vez que algún ignorante de la historia, aunque sea ministro de algo en España; hubiera hecho uso insultante de la obra del asesino conocido más grande del siglo XX. Sobre todo ahora y aquí, en España, que es un País donde se persigue a los jueces que quieren abrir las fosas comunes y se mantiene con toda pompa unas instalaciones levantada sobre los esqueletos de miles de cadáveres y que conocemos como el Valle de los Caídos.
Cuando el nacionalismo español se encuentra con el nacionalismo periférico, el español reduce a este último, a poco menos que una simple comparsa de los nazis, que es el pozo más profundo, por lo que no caben otras argumentaciones.
En los momentos en que los políticos están en campaña electoral, los votantes esperamos de ellos que, ya que no nos dicen lo que van hacer después si es el que le damos más votos, por lo menos que se comporten con una miaja de elegancia y no como vulgares truhanes o trileros. Mayormente, porque dedicarse a insultar a los que no ven las cosas por la cara que ellos las miran o echar lodo sobre ellos, no sirve al País en su conjunto para nada y encima aleja nuestra atención de lo fundamental.
Pero como vemos, tenemos un partido político hoy instalado en el poder, que, huyendo de lo que de verdad nos importa o debiera importarnos a todo, se dedica levantar calumnias o exaltarla de tal manera, que hasta a los estómagos más blindados, le entran nauseas. Así, manipulando y tergiversando todo, te sueltan con la más absoluta desfachatez esa barbaridad que los españoles que no saben de qué les hablan ni conocen Catalunya que, si gana Mas, expulsará del país a todos los que se apelliden Garcia o Fernandez y dejan ir velada o a palo seco, que los catalanes son como los nazis.
Pero no queda ahí el asunto, por boca de militantes adiestrados, van dejando caer en los cerebros de ancianos o jubiletas, la idea corrosiva de que, si gana ese “nazi” nacionalista, les quitará la pensión y, nadie explica que todo eso, son sandeces sin píes ni cabezas que solo se pueden creer los bobos de capirote o de sombrero cordobés pero, como vemos, ningún estratega gubernamental, hace nada por desmentir sino al contrario y, hasta el ministro ese de las orejas de conejo, dice cuando es requerido para que vaya a dar explicaciones ante los representantes del pueblo sea español o catalán, dice que: quien tiene que dar explicaciones es quien tiene cuentas en Suiza. Con lo que da a entender, que el principio de inocencia que según dicen está consagrado en la Constitución del 78, este tipo se lo pasa por sus mismísimo bajos texticulares y se queda tan ancho ante la pasividad generalizada de ese pueblo que sabe ya que tiene que pagar todas las deudas de los bankieros y otros estafadores,
. Y es que, cuando esta gente, se ven metidos en el fragor de la contienda y dejan ir su verborrea quizá para agradar mejor a esa España tuya y mía que desprecia cuanto ignora, empiezan a decir sandeces y transforman sus delirios en verdades a medias que dan motivos más que suficientes para que nos avergoncemos de toda esta panda.
Salud.
... (ver texto completo)