Al año que viene, te sacas otra botellita de vino como la que me sacaste este verano (me la bebí prácticamente solo, sin resaca y sin dolor de cabeza, de lo bueno que estaba y de lo bien que entraba) y filosofamos, arreglamos el mundo, pero yo seguiré siendo UTOPICO pero con los pies en los suelos, poniendo mi granito de arena para que la sociedad no sea tan injusta y que la riqueza no la tengan entre unos pocos (caciques se llamaban antes) y este mas repartida. (asi me podré comprar un apartamento en CARBONERAS, JEJE JE)