Recuerdo que tenían un perro que se llamaba golfo y como yo era tan buena pues me izo de correr mas de una vez cuando era pequeña, entonces no había timbres en las
puertas de las
casas, recuerdo que solo los tenían Don Antonio y tío Diego el espartero, y yo con unos cuantos de
amigos por las
noches nos divertiamos tocando el timbre y golfo cuando abrirán la
puerta salia corriendo detrás de nosotros baya carreras que nos echaba jajaja.