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ORELLANA LA VIEJA: Mariano, vas convirtiendo en una costumbre hacernos...

Bueno chicos y chicas del foro, cae la madrugada, hoy ha sido lunes, lo que para mi es sabado, porque mañana es martes, que para mi es domingo, os enterais verdad está clarisimo. Como todos sabeis el domingo fue el dia de la mujer trabajadora, aqui ha habido sus pros y sus contras, pero lo importante es que de una manera u otra ellas reivindicaron sus derechos, unas manifestandoses por las calles con pancartas y otras como las de Orellana, y me imagino que en otos pueblos igual, con una comida y unos bailes de salon, no es cierto que a los hombres no los dejaran entrar pues a mi me han contado, los que estuvieron, que no es así. La verdad que a mi me parece bien esta formula, pues en los pueblos nos conocemos más todos, hay más confianza y más camaderia, y estas comiditas y encuentros fortalece más la amistad y sobre todo la union que en este caso es lo más importante para pedir lo mejor para ellas. En otro orden de cosas, decir que me ha hecho mucha ilusion ver al matrimonio de los "resques"pues la sra que está al lado es la mujer, esta fotografía debe de estar tirada en la Feria, pues como algunos habeis observado, el carrito que se ve al fondo es el carrito de los helados de las barquilleras, y este carro solo lo sacaban, por aquellas fechas, en la Feria, Entrañable el tio resque, para los foreros más jovenes decirles que vendian pirulines y bolas de caramelos, que ellos mismos hacian, tenian una ruleta en una mesa y tenian bolas y pirulines en ellas, y por una perra gorda tirabas a dicha ruleta y si tenias la suerte de que tocara un piruli era lo mejor poque era más caro, claro Sisuka que tu no los conocias quizás cuando tu nacieras ellos ya habrian muerto, sobre todo él. Que domingos aquellos salias con una peseta y tenias para todo el domingo por la tarde, en la plaza habia muchos puestos los domingos, ademas de los fijos de diario, como eltio Paco el ciego, el tio Nemesio, el gacho, se ponian una mujer con altramuces, la de los garbanzos tostaos, familiar de algunos de los foreros, los helados de la barquillera, y los de otra sra. de la ladera que ahora no recuerdo su nombre, en fin, ah! la tia Rosita con sus platanitos su limoncitos de dulce, un monton de puestecitos, y todos con productos artesanales y naturales, ¡que tiempos de pantaloncitos cortos y camisitas blancas!, todos repeinaditos con nuestra raya al lado, depende donde tuvieras el remolinocon el pelito mojad de agua, no de fijador como ahora, y a veces con la saliba de nuestras madres, cuando la fiesta era mayor nos ponian unas corbata que ya venian con el nudo hecho y una goma, como me acuerdo de esos momentos y parece que fué ayer, como se quedan grabados en la memoria aquellos buenos recuerdos de nuestra niñez, que felices eramos y con que poco nos conformabamos, la palabra capricho no existia, todos eramos conscientes, a pesar de nuestra corta edad, de las limitaciones de nuestras casas, que bonitos recuerdos y fijaros bien todo por una simple foto, que en el fondo no es tan simple si no que es como una ventana por la que miramos y vemos nuestro pasado. buenas noches amigos foreros. Mariano.

Mariano, vas convirtiendo en una costumbre hacernos leer tus crónicas de madrugada. Ya hubo algún forero o forera (como diría Miguel El Mariquillo) que te lo reclamó algún día que no lo hiciste.

Sabes que sin obligaciones para ti, pero es cierto que algunos nos vamos acostumbrando a leerte y disfrutamos, especialmente con esta última. No recuerdo a los señores del puestecito sí a la Rosita, pero me alegro de que hayas escrito las reflexiones que esa fotografía te ha producido, se ve que están hechas desde el corazón, eso hace que a algunos nos toque la fibra sensible. No sé, debe ser que esos años y la lejanía y añoranza de la niñez, cuando los amigos, los padres, los hermanos, todos estaban con nosotros, aun nadie se nos había ido, nos provocan esos sentimientos. En fin, mala cosa por los años pero también buena porque al fin y al cabo aquí seguimos.

Recordando aquellos años, nunca olvidé la cantidad de partidos que tú y yo solos, mano a mano, echábamos cada noche entre el atrio de la iglesia y la puerta de Mariano, con una pelota pequeña, éramos incansables, duró hasta que te marchaste a Lérida.