Se cumplen 24 dias de la huelga de hambre que comenzara la activista saharaui tras su llegada a España, expulsada del Sahara sin pasaporte, por el vecino pais de Marruecos. Estos dias se oyen decir muchas cosas, como que España se ha visto immersa en un problema del que no es parte, o que Marruecos se comporta de una manera antidemocratica con este acto de expulsión.
En primer lugar considero que la lucha que lleve un pueblo contra sus opresores es totalmente legitima, así, la autoproclamada Republica Arabe Saharaui, al utilizar este altavoz para denunciar su causa, ejerce un derecho irrenunciable para los pueblos que se ven privados de su derecho a ser reconocidos como tal.
Quizas el Gobierno de turno de España se ve implicado en un conflicto en el que tiene pocas posibilidades de salir airoso, pero no hay que olvidar que de aquellos polvos viene estos lodos. La responsabilidad en el conflito saharaui viene de lejos, de una descolonización mal hecha, como tantas otras (recuerdese la situación de Guinea y nuestra responsabilidad). Tras la Marcha Verde el Estado español abandona a su suerte al pueblo saharaui arrojandolo cual trozo de carne a dos perros hambrientos. Por lo tanto algun daño tendremos que reparar.
En segundo lugar el Gobierno pide a Marruecos que actue respetando los derechos humanos, acaso nos olvidamos que ese pais no es una democrácia occidental sino una monarquía medieval, si medieval miremos sus leyes y el comportamiento de sus gobernantes. El incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas una vez tras otra y el silencio de la comunidad internacional es muy grave. Aunque este silencio nos recuerda a aquel otro que encubre los incumplimientos delas Resoluciones de la ONU contra Isrrael en cuyo caso es el pago por tener un fiel aliado en una zona demasiado caliente y el dinero judio en Walt Street, con Marruecos se es tolerante porque actua de barrera contra el Islamismo radical.
De una u otra manera el problema que Aminatou ha trasladado a España se resolverá, pero por el desierto del Sahara seguira errante un pueblo esperando que se confeccione un censo para poder celebrar un referendu a traves del cual hacer oir su voz.
Desde aquí mi solidaridad para con la causa que defiende la Sra Haidar.
En primer lugar considero que la lucha que lleve un pueblo contra sus opresores es totalmente legitima, así, la autoproclamada Republica Arabe Saharaui, al utilizar este altavoz para denunciar su causa, ejerce un derecho irrenunciable para los pueblos que se ven privados de su derecho a ser reconocidos como tal.
Quizas el Gobierno de turno de España se ve implicado en un conflicto en el que tiene pocas posibilidades de salir airoso, pero no hay que olvidar que de aquellos polvos viene estos lodos. La responsabilidad en el conflito saharaui viene de lejos, de una descolonización mal hecha, como tantas otras (recuerdese la situación de Guinea y nuestra responsabilidad). Tras la Marcha Verde el Estado español abandona a su suerte al pueblo saharaui arrojandolo cual trozo de carne a dos perros hambrientos. Por lo tanto algun daño tendremos que reparar.
En segundo lugar el Gobierno pide a Marruecos que actue respetando los derechos humanos, acaso nos olvidamos que ese pais no es una democrácia occidental sino una monarquía medieval, si medieval miremos sus leyes y el comportamiento de sus gobernantes. El incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas una vez tras otra y el silencio de la comunidad internacional es muy grave. Aunque este silencio nos recuerda a aquel otro que encubre los incumplimientos delas Resoluciones de la ONU contra Isrrael en cuyo caso es el pago por tener un fiel aliado en una zona demasiado caliente y el dinero judio en Walt Street, con Marruecos se es tolerante porque actua de barrera contra el Islamismo radical.
De una u otra manera el problema que Aminatou ha trasladado a España se resolverá, pero por el desierto del Sahara seguira errante un pueblo esperando que se confeccione un censo para poder celebrar un referendu a traves del cual hacer oir su voz.
Desde aquí mi solidaridad para con la causa que defiende la Sra Haidar.