Acicalado y estirado en su texto, devuelvo la ficción de un recuerdo
Las más penosas lágrimas de la adolescencia me las hizo verter el prematuro fracaso de Juan Puyades “Lucerito”, quien -incapaz de despertar de un sueño- hubo de abandonar el pueblo para huir de sí mismo: arramplando en su retirada con el saldo de amor y amistad que yo creía haber atesorado.
“LUCERITO” fue un Quijote extremeño que alimentó su infancia con la obsesiva ilusión de ser figura del toreo, y yo -con el certero presagio ... (ver texto completo)
Las más penosas lágrimas de la adolescencia me las hizo verter el prematuro fracaso de Juan Puyades “Lucerito”, quien -incapaz de despertar de un sueño- hubo de abandonar el pueblo para huir de sí mismo: arramplando en su retirada con el saldo de amor y amistad que yo creía haber atesorado.
“LUCERITO” fue un Quijote extremeño que alimentó su infancia con la obsesiva ilusión de ser figura del toreo, y yo -con el certero presagio ... (ver texto completo)